6 ago 2013

Editorial

Estimados lectores,

Pedimos disculpas a nuestros lectores por la repentina suspensión de la edición de Visión San Borja que, por inconvenientes ya superados, no pudimos elaborar la correspondiente al mes de junio. Nuevamente, reaparecemos con la misma convicción de seguir haciendo un aporte periodístico serio, crítico, reflexivo, tolerante y, especialmente, ajeno a cualquier consigna que desvirtúe el espíritu que inspira nuestra labor.

Hace algunos días hemos asistido a varios sucesos, propios del quehacer político, que deseamos comentar. La elección en el Poder Legislativo de los magistrados el Tribunal Constitucional, de los miembros del directorio del Banco Central de Reserva y del titular de la Defensoría del Pueblo, generó una inmediata, dinámica y firme respuesta juvenil y ciudadana que ha obligado al Congreso de la República a dar retroceso en lo que todos hemos coincidido en señalar como absurda y polémica elección que no hace sino ratificar la creencia, no desmentida por los hechos, que la clase política adopta decisiones a espaldas del sentimiento colectivo de la inmensa mayoría de peruanos.

El habitual discurso del jefe de estado -en cumplimiento del mandato constitucional- en el Congreso de la República ha dejado mucho que desear y, una vez más, se evidencia las carencias y limitaciones de un presidente sin visión de futuro y elementos para proyectar en su esperado mensaje a la nación las acciones que se implementarán, en concordancia con su plan de gobierno, en los meses venideros. El país no puede estar gobernado con el “piloto automático” y carente de voceros e interlocutores capaces de dialogar y explicar al pueblo sus acciones de estado.

De otra parte, para el pueblo aprista siempre es especial recordar el 2 de agosto los 34 años de la partida a la Casa del Señor, de nuestro jefe y fundador, Víctor Raúl Haya de la Torre, cuyo liderazgo y jerarquía suprema no admiten agravios, ni lapsus que deshonren la majestad de su legado ejemplar de pobreza, decencia, austeridad y dedicación por sus ideales sociales que, además, evocamos en momentos de mediocridad, oscuridad y deshonra en la política peruana. Víctor Raúl fue un apóstol continental cuya obra y honestidad merecen tenerse en cuenta.

En tiempos en los que se percibe una casta política que actúa sin considerar las inmensas demandas sociales de los más pobres, que aún no han sido resueltas, reclamamos la restructuración de los partidos políticos a fin de volver a constituirse escuelas de formación ciudadana, foros de movilización, puentes de entendimiento, espacios democráticos e instituciones destinadas a servir al Perú. Esa es una tarea central de los partidos políticos.

     Arturo Loli Caballero
                                                                             Secretario  General
Comité  Ejecutivo Distrital de San Borja
 Partido Aprista Peruano

Lloviendo sobre mojado

Grover Pango Vildoso (*)


Lo más elegante con que se ha juzgado el mensaje presidencial de este año ha sido: no decir nada inconveniente ya es bueno. Sin duda así lo será en otras latitudes, pero entre nosotros -país tan envuelto en las incertidumbres- ese cauteloso silencio puede complicar más las cosas.


En el año 2012 en materia educativa se mencionaron tres asuntos de considerable importancia: mejoramiento de aprendizajes, el magisterio y la modernización de la gestión. En estos mismos ámbitos muy poco ha dicho el presidente de la república. Preocupa sobremanera que todos los esfuerzos de tantos años, destinados a poner a la educación como un tema nacional y no sectorial, que debiera ocupar la primera de las prioridades, vuelva a subsumirse como uno más que se pierde entre tantas otras preocupaciones. Ni siquiera relacionado con otro problema urgente de nuestra actualidad como es la inseguridad ciudadana.
Deberemos entender mejor si es real y efectivo que los 248,000 docentes que mencionó el presidente Humala como incorporados al régimen son aquellos que se hallaban en ejercicio cuando se dio la “ley de la reforma magisterial” en noviembre del año anterior. Reconozcamos que es casi un eufemismo, porque hasta ahora no hay concurso de ingreso a la nueva carrera pública magisterial ni de acceso a nuevas escalas para quienes están en servicio.

Hubiera sido siquiera un respaldo señalar la existencia del Plan Perú Maestro, interesante documento con compromisos para el bienio 2013-2014 que ha entregado el ministerio de Educación. Entre varias promesas destacamos de allí, porque es urgente, la convocatoria al concurso de directores que ya está en marcha. La cobertura de esas 15,000 plazas de directores enfrenta dificultades provenientes de su propio diseño, como resultado del cual hay enfrentamientos con los directores actualmente en funciones. Pero por ahí pueden comenzar, en términos reales, las posibilidades de obtener mejorías en la calidad educativa mediante la gestión, cuando se cuenta con un líder institucional idóneo como lo debe ser un buen director/directora.

Seguramente la ministra del sector dará y ampliará en adelante las informaciones que se le soliciten sobre este y otros asuntos, pero la oportunidad de hablarle al país desde el sitial y la circunstancia del mensaje presidencial es incomparable y se ha desperdiciado.

No puede ser sólo un ritual que el presidente de la república se dirija al país desde el Congreso de la República. Lo hace porque es la casa de las leyes, porque lo que acuerda el Congreso lo debe cumplir el Poder Ejecutivo. Por ello, nada de lo que ocurra en el primer poder del estado puede serle ajeno al presidente y no se puede ver como una intromisión que el primer mandatario exprese lo que le preocupa delante del primer poder del estado y de todo el país, porque de esa manera se busca coherencia y se ejerce liderazgo.

Pero nada se ha dicho de la ley universitaria, que se halla en discusión, que ha obtenido pronunciamientos unánimes de rectores y ha sacado a las calles a los universitarios. Nada tampoco de la Ley de Organización y Funciones del ministerio de Educación, sin la cual cada nivel de gobierno sigue sin saber con claridad cuál es su obligación en el proceso educativo. Y esto es fundamental para la descentralización, citada sólo por cumplir en el mensaje.

Finalmente, como suele ser entretenido jugar con cifras, en el mensaje se utilizó una sola vez la palabra “docentes” y ninguna vez las palabras “magisterio” o “maestro”. Pero hubo aplausos “espontáneos” 82 veces que interrumpieron los 63 minutos de lectura. Para algunos el mensaje fue muy emocionante.

(*) Educador, político y miembro del Partido Aprista Peruano. Fue alcalde Tacna, ex diputado nacional y  ministro de Educación (1985 – 1987). Ha sido Secretario de Descentralización del Consejo de Ministros.

Sin dudas: No hay rumbo gubernamental

César Gutiérrez Peña (*)


Generalidades en demasía, sentenciosas frases sobre supuestas acciones a tomar, lista de lavandería del recuentro de trivialidades realizadas  y nada más, es lo que deja el mensaje presidencial al congreso de la república. No llama a sorpresa, la mediocridad del gobierno es una realidad conocida, de él no podemos esperar alocución de estadista.


Pero lo que más me ha llamado la atención son dos temas: uno anunciado con candidez y poca vergüenza autocrítica y el otro soslayado, me refiero al proyecto de modernización de la refinería de Talara de propiedad de Petroperú y al gasoducto sur andino, respectivamente.

En relación al proyecto Talara, el gobierno aprista le dejó al “humalismo” un contrato pendiente de definir el costo de construcción, luego de lo cual debería iniciarse inmediatamente las obras. Es inconcebible que luego de dos años solamente se haya definido el monto y aún esté pendiente una secuencia de gestiones, hasta que se arribe a una autorización de endeudamiento que debe ser emitida por el ministerio de economía y finanzas, cuyo convencimiento de hacerlo es aún de pronóstico reservado. Tenemos varios meses por delante para que lo anunciado por el señor Humala se convierta en realidad, que no llame a sorpresa que en el camino salga una negativa.

El meollo del problema de un avance tan lento, tiene una explicación, nadie está viendo el horizonte de todas las acciones que quedan por delante y la manera que debe sustentarse ante la Contraloría General de la República y economía y finanzas para tener un visto bueno. A ello hay que agregarle el temor de los funcionarios ante responsabilidades por cifras billonarias. Esto se supera fácilmente si se contratan consultoras de talla mundial para que emitan opinión y señalen a los funcionarios el derrotero en el que debe tomar decisiones. No se ha hecho y aún no se sabe cómo hacerlo. Despistados piensan que el entrampamiento se soluciona con instrucciones de las más altas jerarquías políticas, ignorancia supina y atrevida.

En relación al trajinado gasoducto sur, no hubo palabra alguna, ¿significará que se han dado cuenta que no es lo más apropiado y que la participación de Petroperú en este proyecto lo inhabilita a realizar Talara? El Poder Ejecutivo deberá aclarar.


(*) Ingeniero mecánico con estudios en Finanzas, consultor en servicios públicos, asesor de empresas, docente universitario, y ex presidente del directorio de Essalud y Petroperú. 

Crisis en el gobierno de Ollanta Humala

María del Pilar Tello (*)


Los jóvenes indignados que salieron a las calles de Lima a protestar contra la manipulación y excesiva politización de la elección de las autoridades del Tribunal Constitucional,  del BCR y del Defensor del Pueblo parecen ser sólo la punta de un iceberg que muestra el descontento de la población frente a un gobierno que está acumulando frentes de oposición y reclamos gremiales.


Desde los profesores, estudiantes y rectores de las universidades públicas pasando por los empleados públicos y continuando con los maestros, médicos, enfermeras y técnicos. Todos piden que se modifiquen normas o que se cumpla con lo que el gobierno les prometió.

En menos de una semana, movilizaciones en el centro de Lima ponen al gobierno de Ollanta Humala en jaque al cumplir sólo dos años de su mandato. Las fiestas patrias coinciden con la indignación y el Congreso de la República que será, como todos los años, el escenario de las celebraciones, está también bajo fuego, cuestionado por la llamada repartija y otras lindezas, aunque los congresistas no parecen darse cuenta de su fuerte impopularidad. No escuchan a quienes queriendo llevar agua a otros molinos, satanizando la democracia, los partidos y las instituciones han llegado a pedir el cierre del Parlamento Nacional, lo que equivaldría a arrojar el agua con el bebe adentro.

La popularidad del presidente está de bajada, al igual que la de su consorte que luce más política que él, aspecto que empieza a generar fuertes resistencias en la población y en los poderes fácticos. Se requiere con urgencia que los reflejos democrático funcionen, en un momento en que no solo el gobierno tiene problemas y aparece sitiado por las protestas, lamentablemente los partidos políticos, con sus altos líderes, los ex presidentes García, Toledo y Fujimori, cuestionados, investigados o sentenciados por corrupción, respectivamente, están también jaqueados.

Llueve sobre mojado. El pacto político de cuatro partidos fue repudiado por la población en tanto no sirvió para elegir a los mejores sino a los más convenientes para los intereses de cada grupo. El cuoteo fue identificado como un mercadeo de la representatividad asignada a los congresistas. Hubiera sido menos evidente si hubieran tenido el tino de seleccionar personas calificadas sin conflictos de interés aun cuando tuvieran militancia partidaria. Otro elemento que exacerba la rabia es que pareciendo la protesta legítima la policía reprime torpemente, dispersa con violencia a gente cuyo reclamo es el mismo que formuló el presidente de la república exigiendo la rectificación que finalmente se produjo.

Una comedia de equivocaciones que puede tener un costo muy alto para el gobierno. Ojalá la nueva directiva del Parlamento Nacional logre bajar tensiones y el presidente con su mensaje patrio renueve esperanzas en un régimen que demasiado temprano exhibe debilidad. Así que ni oposición ni gobierno pueden tirar demasiado de la cuerda, guardar las formas y cuidar la democracia que tanto nos costó recuperar. Hay razones para preocuparse.

(*)   Periodista, analista política, escritora, docente universitaria, integrante del Comité Técnico de Alto Nivel del Acuerdo Nacional y ex presidenta del directorio de Editora Perú.


A nuestra bandera se la respeta

Carlos Penalillo Pimentel (*) 


A pocos días de haberse celebrado nuestras fiestas patrias, vemos con cada vez menos asombro como maltratan y denigran nuestra hermosa bandera peruana. Probablemente, sea una muestra más de las carentes credenciales cívicas y ciudadanas que caracterizan a nuestra población.


Solo basta que levantemos  la mirada al salir por las calles y observar a nuestros vecinos, instituciones, locales comerciales, vehículos públicos y privados como hacen y deshacen con nuestro emblema patriótico, usándola y colocándola simplemente como realmente les da la gana.

Lejos quedan mis recuerdos de niño donde realmente vivíamos una verdadera semana patria con amor y respeto a nuestros símbolos y se sancionaba a las personas que no colocaban la bandera como la Ley manda, bastaba que una casa la pose en su balcón como un trapo a secar para que inmediatamente la autoridad les imponga una severa multa y esos eran casos aislados

Celebrar el 28 era una fiesta esperada por la ciudadanía. Nos preparábamos para vivirla con nuestros mejores atuendos, era costumbre pintar nuestras casas, escuchar con atención el mensaje presidencial, gozar con verdadero espíritu patriótico la “parada militar”, asistir a los espectáculos circenses de primera calidad, saludarnos con un sentido FELIZ 28!

Hoy por hoy, estamos a expensas que una cervecera con sus campañitas nos haga sentir más peruanos, esperar algún partido de nuestra peor selección de la historia y salir a las calles henchidos de emoción patriótica con la blanquirroja por todo el cuerpo sufriendo 90 minutos para que al final regresemos compungidos por una derrota o por no clasificar a un mundial.

Muy pocos tenemos por costumbre usar la escarapela desde el primer día de nuestro mes jubilar. Obviamente somos observados como bichos raros por pacientes o compañeros de trabajo, que somos varios miles en el Hospital Edgardo Rebagliati, quienes nos expresan esa frase de cliché: “que patriota eres”. Felizmente más de uno es contagiado por nuestro ejemplo. ¿Qué será de las generaciones venideras si no les inculcamos el amor a la patria?

Sabrá la ciudadanía que el pabellón nacional o la bandera de guerra están reservadas, únicamente, para instituciones del estado. Basta hacer un recorrido por las calles para evidenciar la triste realidad, estas son ofrecidas en las esquinas como cualquier bandera y son usadas indistintamente. Los grandes buses la colocan como protectores de consola, las tiendas “chicha” como cortinas, los taxistas hasta en la tapa de gasolina y las mototaxis, ni que decir.

Pero, estas barbaridades también se ven en las “altas esferas” que en teoría son “más cultas”. Hace unos días regresando a mi domicilio por la avenida Caminos del Inca vimos atónitos como la lujosísima y prestigiosa cafetería y panadería “Don Mamino” exhibía una bandera mal puesta, o mejor dicho, colocada con un palo o tubo sacado de por ahí como asta sin el más mínimo respeto por nuestro símbolo.

Lamentablemente, esta anti peruana historia no termina el 31 de julio, se prolonga por meses y, en algunos casos, hasta el próximo 28. Las banderas no las retiran buena parte de compatriotas. Simplemente las dejan puestas permitiendo que el tiempo, la lluvia, el sol, el viento y, por último, la ley de la gravedad, las deteriore, aje, deshilache, destroce y, finalmente, se caigan como el peor trapo de la casa.

Un llamado a la conciencia de todos los peruanos y evitemos estas atrocidades patrias. Una exigencia a nuestras municipalidades distritales para evitar pensar solo en llenar sus arcas y apliquen las sanciones correspondientes. Prediquemos con el ejemplo, nuestros hijos y la patria nos los agradecerán. ¡VIVA EL PERÚ!


(*) Licenciado Tecnólogo Médico en Laboratorio Clínico y Anatomía Patológica, militante del   Comité Distrital de San Borja y ex dirigente estudiantil de la JAP.

Nadine Heredia: ¿El auténtico poder detrás del trono?

Wilfredo Pérez Ruiz (*)


La esposa del jefe de estado ostenta la simbólica denominación de “primera dama”. Su influyente presencia en las altas esferas del poder genera variadas y numerosas críticas –algunas válidas, otras antojadizas y subjetivas- acerca de su desenvolvimiento en esta honrosa función.


No me inspira ningún sentimiento machista, tampoco le guardo animadversión, ni cuestiono sus roles de soporte a las labores del presidente de la república. Me parece una joven entusiasta, segura, emprendedora, inteligente, carismática y, además, una buena comunicadora.

Los liderazgos femeninos causan injustas críticas en una población que censura –de modo hipócrita y reservado- el ascenso de la mujer en nuevas y amplias determinaciones gubernamentales. Ese puede ser el caso de Nadine Heredia. Aún cuando evitara excesivas actuaciones, sería cuestionada -por sectores conservadores y retrógrados de la sociedad- debido a su talante moderno, peculiar y autónomo, expresivo de su forma diferente de conducirse.

Por costumbre la primera dama cumple quehaceres asistenciales, sociales, formales y secundarias ausentes de connotación política. Sin embargo, desde el primer día de su mandato, Ollanta Humala Tasso puso de manifiesto un estilo en el que incluyó a su esposa en el ejercicio de las gestiones gubernativas, por lo visto, sin restricciones. Más allá de gestos, detalles y actitudes, es indudable su peso en la marcha del Poder Ejecutivo. Recientes y reiterados sucesos lo acreditan sin ambigüedades.

A mi opinión, este derivar se origina en el exiguo aparato institucional que sostiene a los gobernantes carentes de una sólida estructura organizacional y que, por sus visibles limitaciones, están obligados a recurrir a su cercano círculo de parientes y amigos para otorgarles funciones que, de mediar una agrupación partidaria articulada, estarían reservada a sus mejores cuadros.

Así pasó durante la administración de Alejandro Toledo Manrique (2001 – 2006), quien cometió el grave error de constituir una cofradía con sus hermanos, sobrinos y cónyuge encargada de cumplir encumbradas atribuciones. Por encima de escasas simpatías y aceptaciones, Eliane Karp de Toledo cubría el déficit existente en los improvisados actores políticos. De igual forma, Alberto Fujimori Fujimori -hasta el golpe de estado del 5 de abril de 1992- contó con la decidida participación de su esposa y hermanas.
Las innumerables ocurrencias de la señora Heredia han contribuido a gestar una corriente cada vez más intensa de malestar e incomodidad en relación a las disposiciones que, únicamente, corresponden a los elegidos por el pueblo para representar sus demandas ciudadanas. Vale decir, su esposo y las autoridades nominadas mediante sufragio directo, universal y secreto en el proceso electoral del 2011, con excepción de los ministros de estado.

Al parecer, Nadine Heredia no conoce límites, ponderaciones y sensateces. Los medios de prensa nos han facilitado escuchar un audio en donde el titular de Defensa hace referencia a una supuesta “luz verde” otorgada por ella para efectuar adquisiciones militares. Sucedió algo similar en la reciente juramentación de las nuevas ministras. En la foto oficial apareció al lado del primer ministro. Su presencia alteró la línea de precedencia establecida en el Cuadro General de Precedencias y Ceremonial del Estado, elaborado por el ministerio de Relaciones Exteriores.

Del mismo modo, en las celebraciones por la fiesta nacional la hemos observado sentada al costado del jefe de estado en el estrado principal del desfile militar, contraviniendo la tradición y la categorización protocolar que dispone para su esposa una tribuna continua con las consortes de los funcionarios estatales. Igual tropiezo aconteció en la homilía en la Catedral de Lima y en su innecesaria ubicación con el gabinete ministerial en el Patio de Honor de Palacio de Gobierno.

Existen argumentos –obviando consideraciones protocolares- contundentes para sugerir a la esposa del mandatario que rehúya formular declaraciones sobre temas inherentes a los ministros y a quien personifica a la nación. Sería recomendable persuadirla de la preeminencia de sus expresiones y, por lo tanto, evitar inmiscuirse en asuntos concernientes a los responsables de conducir los destinos del país. Suscita rechazo su constante involucramiento en alguien que, además, no ostenta cargo público.

La locuacidad, desenvolvimiento y simpatía de la señora Heredia -una mujer con condiciones académicas, intelectuales y políticas- opacan a su marido. Un gobernante parco y tímido, alejado de los escenarios, carente de recursos lingüísticos y fluidez en sus expresiones. Humala posee un perfil contrastante con el realce de su pareja y pretende, seguramente, emplear la habilidad comunicacional de Nadine en un régimen caracterizado por su falta de voceros y silenciosos portavoces.

Deseo soslayar que, después de casi 30 años, reside en la Casa de Pizarro una pareja acertadamente constituida, por encima de apariencias, conjeturas y formalidades. La familia presidencial ofrece un ejemplo permanente de unidad, fidelidad, armonía y cohesión que, sin mezquindades, convenimos en reconocer. Es gratificante la imagen hogareña de los Humala Heredia y la vida sana, austera, sincera y enlazada al deporte del líder de Gana Perú.

Tengamos en cuenta que los últimos presidentes estuvieron impedidos de mostrar un hogar seguro e inclusive se vieron obligados a explicar su controvertida biografía personal y hasta reconocieron hijos extra matrimoniales. Dos de ellos debieron dar “mensajes a la nación” esclareciendo tan enojosa situación. Punto aparte merecen sus oscuras travesías amorosas y vinculadas al consumo de alcohol y sustancias tóxicas. Recordemos, asimismo, que un ex jefe de estado -en prisión por violación de los derechos humanos y cuantiosos casos de corrupción e inmoralidad- estuvo acusado de torturar y secuestrar a su esposa. Lindas y admirables familias las que han habitado Palacio de Gobierno en tiempos nada lejanos.

Podría ayudar mucho a Ollanta Humala si los afanes de su pareja no terminan siendo un pasivo que, lejos de conectarlo con el pueblo peruano, lo distancia. Lo que estaría proyectando la percepción de un cogobierno marital donde la consorte adquiere una injerencia impertinente en las deliberaciones de estado. Aconsejo a la socia de su plan político meditar sobre la conveniencia de esta sabia frase: “La prudencia se detiene, donde la ignorancia ingresa”.


Nadine Heredia siempre está en el centro de la atención y el debate Público, es indudable su peso en la marcha del Poder Ejecutivo. Recientes y reiterados sucesos lo acreditan sin ambigüedades.



(*) Docente, consultor en organización de eventos, protocolo, imagen profesional y etiqueta social. http://wperezruiz.blogspot.com/

El Papa Francisco: Que se asegure la dignidad, fraternidad y solidaridad

Transcribimos uno de los históricos discursos ofrecidos por el Papa Francisco en el marco de su visita pastoral al Brasil en el marco de la celebración de la XXVII Jornada Mundial de la Juventud, realizada del 22 al 29 de julio. Sus profundas reflexiones creemos que serán valoradas por nuestros lectores.


Señoras y señores,

Doy gracias a Dios por la oportunidad de encontrar a una representación tan distinguida y cualificada de responsables políticos y diplomáticos, culturales y religiosos, académicos y empresariales de este inmenso Brasil.

Hubiera deseado hablarles en su hermosa lengua portuguesa, pero para poder expresar mejor lo que llevo en el corazón, prefiero hablar en español. Les pido la cortesía de disculparme.

Saludo cordialmente a todos y les expreso mi reconocimiento. Agradezco a Monseñor Orani y al señor Walmyr Júnior sus amables palabras de bienvenida y presentación.

Veo en ustedes la memoria y la esperanza: la memoria del camino y de la conciencia de su patria, y la esperanza de que ella, siempre abierta a la luz que emana del Evangelio de Jesucristo, continúe desarrollándose en el pleno respeto de los principios éticos basados en la dignidad trascendente de la persona.

Quien tiene un papel de responsabilidad en una nación está llamado a afrontar el futuro «con la mirada tranquila de quien sabe ver la verdad», como decía el pensador brasileño Alceu Amoroso Lima («Nosso tempo», en A vidasobrenatural e o mondo moderno, Río de Janeiro 1956, 106).

Quisiera considerar tres aspectos de esta mirada calma, serena y sabia: primero, la originalidad de una tradición cultural; segundo, la responsabilidad solidaria para construir el futuro y, tercero, el diálogo constructivo para afrontar el presente.

En primer lugar, es importante valorar la originalidad dinámica que caracteriza a la cultura brasileña, con su extraordinaria capacidad para integrar elementos diversos.

El común sentir de un pueblo, las bases de su pensamiento y de su creatividad, los principios básicos de su vida, los criterios de juicio sobre las prioridades, las normas de actuación, se fundan en una visión integral de la persona humana.

Esta visión del hombre y de la vida característica del pueblo brasileño ha recibido mucho de la savia del Evangelio a través de la Iglesia Católica: ante todo, la fe en Jesucristo, el amor de Dios y la fraternidad con el prójimo. Pero la riqueza de esta savia debe ser valorada en toda su plenitud.

Puede fecundar un proceso cultural fiel a la identidad brasileña y constructor de un futuro mejor para todos. Así dijo el amado Papa Benedicto XVI en su discurso inaugural de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Aparecida.

Hacer crecer la humanización integral y la cultura del encuentro y de la relación es la manera cristiana de promover el bien común, la alegría de vivir. Y aquí convergen la fe y la razón, la dimensión religiosa con los diferentes aspectos de la cultura humana: el arte, la ciencia, el trabajo, la literatura... El cristianismo combina la trascendencia y la encarnación; revitaliza siempre el pensamiento y la vida ante la frustración y el desencanto que invaden el corazón y se propagan por las calles.

Un segundo punto al que quisiera referirme es la responsabilidad social. Esta requiere un cierto tipo de paradigma cultural y, en consecuencia, de la política. Somos responsables de la formación de las nuevas generaciones, capaces en la economía y la política, y firmes en los valores éticos.

El futuro nos exige una visión humanista de la economía y una política que logre cada vez más y mejor la participación de las personas, evite el elitismo y erradique la pobreza. Que a nadie le falte lo necesario y que se asegure a todos la dignidad, fraternidad y solidaridad: Éste es el camino a seguir.

Ya en la época del profeta Amós era muy fuerte la admonición de Dios: «Venden al justo por dinero, al pobre por un par de sandalias. Oprimen contra el polvo la cabeza de los míseros y tuercen el camino de los indigentes». Los gritos que piden justicia continúan todavía hoy.

Quien desempeña un papel de guía debe tener objetivos muy concretos y buscar los medios específicos para alcanzarlos, pero puede haber el peligro de la desilusión, la amargura, la indiferencia, cuando las expectativas no se cumplen.

La virtud dinámica de la esperanza impulsa a ir siempre más allá, a emplear todas las energías y capacidades en favor de las personas para las que se trabaja, aceptando los resultados y creando las condiciones para descubrir nuevos caminos, entregándose incluso sin ver los resultados, pero manteniendo viva la esperanza.

La dirigencia sabe elegir la más justa de las opciones después de haberlas considerado, a partir de la propia responsabilidad y el interés por el bien común; ésta es la forma de ir al centro de los males de una sociedad y superarlos con la audacia de acciones valientes y libres.

En nuestra responsabilidad, aunque siempre sea limitada, es importante comprender la totalidad de la realidad, observando, sopesando, valorando, para tomar decisiones en el momento presente, pero extendiendo la mirada hacia el futuro, reflexionando sobre las consecuencias de las decisiones. Quien actúa responsablemente pone la propia actividad ante los derechos de los demás y ante el juicio de Dios.

Este sentido ético aparece hoy como un desafío histórico sin precedentes. Además de la racionalidad científica y técnica, en la situación actual se impone la vinculación moral con una responsabilidad social y profundamente solidaria.

Para completar la «visión» que me he propuesto, además del humanismo integral que respete la cultura original y la responsabilidad solidaria, termino indicando lo que considero fundamental para afrontar el presente: el diálogo constructivo. Entre la indiferencia egoísta y la protesta violenta, siempre hay una opción posible: el diálogo.

El diálogo entre las generaciones, el diálogo con el pueblo, la capacidad de dar y recibir, permaneciendo abiertos a la verdad. Un país crece cuando sus diversas riquezas culturales dialogan de manera constructiva: la cultura popular, universitaria, juvenil, la cultura artística y tecnológica, la cultura económica, de la familia y de los medios de comunicación.

Es imposible imaginar un futuro para la sociedad sin una incisiva contribución de energías morales en una democracia que no sea inmune de quedarse cerrada en la pura lógica de la representación de los intereses establecidos. Es fundamental la contribución de las grandes tradiciones religiosas, que desempeñan un papel fecundo de fermento en la vida social y de animación de la democracia.

La convivencia pacífica entre las diferentes religiones se ve beneficiada por la laicidad del estado, que, sin asumir como propia ninguna posición confesional, respeta y valora la presencia del factor religioso en la sociedad, favoreciendo sus expresiones concretas.

Cuando los líderes de los diferentes sectores me piden un consejo, mi respuesta es siempre la misma: Diálogo, diálogo, diálogo. El único modo de que una persona, una familia, una sociedad, crezca; la única manera de que la vida de los pueblos avance, es la cultura del encuentro, una cultura en la que todo el mundo tiene algo bueno que aportar, y todos pueden recibir algo bueno a cambio.

El otro siempre tiene algo que darme cuando sabemos acercarnos a él con actitud abierta y disponible, sin prejuicios. Sólo así puede prosperar un buen entendimiento entre las culturas y las religiones, la estima de unas por las otras sin opiniones previas gratuitas y en el respeto de los derechos de cada una. Hoy, o se apuesta por la cultura del encuentro, o todos pierden; seguir la vía correcta hace el camino fecundo y seguro.

Excelencias, señoras y señores: Gracias por su atención. Tomen estas palabras como expresión de mi preocupación como Pastor de la Iglesia y del amor que tengo por el pueblo brasileño. La hermandad entre los hombres y la colaboración para construir una sociedad más justa no son una utopía, sino que son el resultado de un esfuerzo concertado de todos por el bien común.

Les aliento en su compromiso por el bien común, que requiere por parte de todos, sabiduría, prudencia y generosidad. Les encomiendo al Padre celestial pidiéndole, por la intercesión de Nuestra Señora de Aparecida, que colme de sus dones a cada uno de los presentes, a sus familias y comunidades humanas y de trabajo, e imparto a todos mi bendición.


El Papa Francisco tuvo una exitosa y esperada participación en Brasil.

Fuente: www.generaccion.com