29 mar 2013

En honor a San Francisco de Asís


Carlos Penalillo Pimentel (*)


La reciente elección de Su Santidad Francisco el 13 de marzo último, a partir de la renuncia de Benedicto XVI, trae consigo múltiples motivos de admiración y regocijo para el pueblo católico del mundo.


El espacio y tiempo histórico, recordando a Víctor Raúl Haya de la Torre, que vivimos en la actualidad hacen propicios los acontecimientos coyunturales para tener nuestro primer Papa latinoamericano precisamente cuando el viejo mundo y la primera potencia mundial atraviesan crisis económicas y morales que con mucha dificultad podrán salir.
Resulta también motivo de reconocimiento a la trayectoria milenaria de La Compañía de Jesús que, por vez primera, se elija a uno de sus representantes como Vicario de Cristo y tener el gesto humilde -nunca antes visto- de pedir la bendición a los centenares de miles de personas que asistieron a la Plaza de San Pedro a esperar “el humo blanco” y el “Habemus Papam”.

México, Centro América y Sudamérica aportan al mundo el mayor número de católicos, por ende, merecíamos tener un Papa nacido en estas tierras con características e idiosincrasias comunes que pueden significar modelos de cambio en religiosidad para el mundo entero. La oración y la fe es lo característico en nosotros.

Pero lo más admirable es la decisión, al ser electo pontífice, del cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio de llamarse Francisco en honor al santo cuya vida fue un enaltecedor ejemplo de valores cristianos que merecen recordarse.

Siendo joven y de padres adinerados llevó una vida mundana, se hizo militar, fue preso y cayó enfermo de gravedad. Precisamente en esos momentos cambia su manera de pensar y empieza a realizar labores de caridad a enfermos. Tuvo una visión donde le solicitaban colabore en la reconstrucción de una iglesia, acto que llevó a cabo provocando la furia de su padre quien lo desheredó.

En pobreza y austeridad total escucha el llamado para hacer el bien en todas partes sin poseer nada (Mateo 10, 5 – 14). Así empieza a predicar las enseñanzas de Jesús y forma su “primera orden” con 12 discípulos. Luego de vencer dificultades logran viajar a España y Egipto y, posteriormente, a Tierra Santa donde permanece varios años.

Busca ser martirizado y sentir el sufrimiento de Jesús, que lo logra luego de cuarenta días de ayuno y oración donde le aparecen los estigmas de la crucifixión de Cristo. En sus últimos dos años de vida sufre de constantes dolores y muere casi en ceguera total.

Un año antes de morir siendo Navidad, Francisco reúne a los vecinos para celebrar la misa de medianoche con la figura de Jesús en su pesebre hecho por él, cantando alabanzas al Señor. Esta linda costumbre que la mantenemos, se inicia con ese primerísimo “Nacimiento”. Fallece el 3 de octubre de 1226 y fue canonizado el 16 de julio de 1228.

En 1980, Juan Pablo II lo proclama “Patrono de los Ecologistas”, por el amor demostrado hacia los animales y la naturaleza que lo plasmó en su “Cántico de las criaturas”, siendo sus emblemas el lobo, el cordero, los peces, los pájaros y los estigmas. Su festividad se celebra el 4 de octubre. Otro gran legado de San Francisco de Asís es esta hermosa oración por la paz:

Señor, haz de mí un instrumento de tu paz:
donde haya odio, ponga yo amor,
donde haya ofensa, ponga yo perdón,
donde haya discordia, ponga yo unión,
donde haya error, ponga yo verdad,
donde haya duda, ponga yo la fe,
donde haya desesperación, ponga yo esperanza,
donde haya tinieblas, ponga yo luz,
donde haya tristeza, ponga yo alegría.
Oh, Maestro, que yo no busque tanto
ser consolado como consolar,
ser comprendido como comprender,
ser amado como amar.
Porque dando se recibe,
olvidando se encuentra,
perdonando se es perdonado,
y muriendo se resucita a la vida eterna
Amén.

A raíz que nuestros hijos se educaron en colegio franciscano, tenemos el orgullo de haber conformado un grupo de padres de familia que desde el año 1998 intentamos seguir su ejemplo, llevando la caridad a los que realmente lo necesitan y rezando esta oración que resume y nos orienta hacia una verdadera vida cristiana.

Dios bendiga al Papa Francisco, le brinde la fortaleza espiritual y física necesaria en esta difícil cruzada mundial de evangelización y cambios en tiempos donde se viene perdiendo la fe, los valores morales y éticos.

Papa Francisco y la “Cruz de Tau”. San Francisco profesaba una profunda devoción al signo Tau, del que habla expresamente el profeta Ezequiel (9,3-6) y al que se refiere implícitamente el Apocalipsis (7,2-4). Con ella firmaba cartas y marcaba paredes, y sanaba heridas y enfermedades. 

  (*)   Licenciado Tecnólogo Médico en Laboratorio Clínico y Anatomía Patológica, militante del    Comité Distrital de San Borja y ex dirigente estudiantil de la JAP.

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