6 ago 2013

Editorial

Estimados lectores,

Pedimos disculpas a nuestros lectores por la repentina suspensión de la edición de Visión San Borja que, por inconvenientes ya superados, no pudimos elaborar la correspondiente al mes de junio. Nuevamente, reaparecemos con la misma convicción de seguir haciendo un aporte periodístico serio, crítico, reflexivo, tolerante y, especialmente, ajeno a cualquier consigna que desvirtúe el espíritu que inspira nuestra labor.

Hace algunos días hemos asistido a varios sucesos, propios del quehacer político, que deseamos comentar. La elección en el Poder Legislativo de los magistrados el Tribunal Constitucional, de los miembros del directorio del Banco Central de Reserva y del titular de la Defensoría del Pueblo, generó una inmediata, dinámica y firme respuesta juvenil y ciudadana que ha obligado al Congreso de la República a dar retroceso en lo que todos hemos coincidido en señalar como absurda y polémica elección que no hace sino ratificar la creencia, no desmentida por los hechos, que la clase política adopta decisiones a espaldas del sentimiento colectivo de la inmensa mayoría de peruanos.

El habitual discurso del jefe de estado -en cumplimiento del mandato constitucional- en el Congreso de la República ha dejado mucho que desear y, una vez más, se evidencia las carencias y limitaciones de un presidente sin visión de futuro y elementos para proyectar en su esperado mensaje a la nación las acciones que se implementarán, en concordancia con su plan de gobierno, en los meses venideros. El país no puede estar gobernado con el “piloto automático” y carente de voceros e interlocutores capaces de dialogar y explicar al pueblo sus acciones de estado.

De otra parte, para el pueblo aprista siempre es especial recordar el 2 de agosto los 34 años de la partida a la Casa del Señor, de nuestro jefe y fundador, Víctor Raúl Haya de la Torre, cuyo liderazgo y jerarquía suprema no admiten agravios, ni lapsus que deshonren la majestad de su legado ejemplar de pobreza, decencia, austeridad y dedicación por sus ideales sociales que, además, evocamos en momentos de mediocridad, oscuridad y deshonra en la política peruana. Víctor Raúl fue un apóstol continental cuya obra y honestidad merecen tenerse en cuenta.

En tiempos en los que se percibe una casta política que actúa sin considerar las inmensas demandas sociales de los más pobres, que aún no han sido resueltas, reclamamos la restructuración de los partidos políticos a fin de volver a constituirse escuelas de formación ciudadana, foros de movilización, puentes de entendimiento, espacios democráticos e instituciones destinadas a servir al Perú. Esa es una tarea central de los partidos políticos.

     Arturo Loli Caballero
                                                                             Secretario  General
Comité  Ejecutivo Distrital de San Borja
 Partido Aprista Peruano

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