Juan
Buendía Fernández (*)
Pocas personas deciden lo que le
sucederá en la vida. La mayoría de ellas dejan que su vida transcurra.
Mantenerse con vida no es suficiente. Hay gran poder en las posibilidades. Se
necesita ejercer ese poder para alcanzar lo aparentemente inalcanzable. Si las
personas supieran definir lo qué es el éxito, sabrían qué hacer para
alcanzarlo, pero si no saben ¿cómo van a alcanzarlo? El primer obstáculo es que
lo entienden mal, tal y como lo afirma el investigador Wilfredo Pérez Ruiz en
su artículo ¿Sabe usted qué es el éxito? (Observatorio del Medio Ambiente
Peruano - Boletín Nro. 106).
El
éxito es para todos. Maltbie D. Babcock dijo: “Uno de los errores más comunes,
y el más costoso, es pensar que el éxito
se debe a algún genio, a algo mágico o
alguna otra cosa que no poseemos”.
Perspectiva
errónea del éxito
Al empresario Jhon D. Rockfeller, quien
regaló más de 350 millones durante su vida, se le preguntó cierta vez cuánto
dinero más necesitaría tener para quedar satisfecho. Su respuesta: “Sólo un
poco más”. El rey Salomón, del antiguo Israel, de quien se dice que el hombre
más sabio y también el más rico que haya existido, afirma:”Quien ama el dinero,
de dinero no se sacia. Quien ama las riquezas, no sacará fruto” (Libro de
Eclesiastés capítulo 5, versículo 10). En el mejor de los casos, el dinero y la
riqueza y lo que éstos traen, son cosas fugaces. Hasta el multimillonario
Aristóteles Onassis, reconoció que el dinero no es equivalente al éxito.
Sostuvo que “después que llegas a cierto punto, el dinero pierde importancia.
Lo que realmente importa es el éxito”.
Nunca llega como resultado de poseer
algo que siempre hemos deseado, ya que
las posesiones materiales son un activo temporal. El éxito no se alcanza ni se
mide de esa manera.
Charles McElroy bromeó en una
ocasión:”El poder es usualmente reconocido como un excelente antidepresivo de
corta duración”. Puede dar la apariencia de éxito, pero aún así, es sólo
transitoria. Ya hemos escuchado o leído la cita del historiador inglés Lord Acton:
“El poder tiende a corromper; el poder absoluto corrompe absolutamente”.
Abraham Lincoln hizo eco de lo afirmado anteriormente cuando dijo: “Casi todo
hombre puede resistir la adversidad, pero si quieres probar el carácter de un
hombre, dale poder”. El poder es realmente una prueba del carácter. En sí
mismo, el poder no es positivo ni negativo. No es fuente de seguridad ni de
éxito. El simple hecho de alcanzar metas no garantiza el éxito ni la
satisfacción.
Perspectiva
correcta del éxito
El éxito es un recorrido, un viaje. Se
necesita por lo menos dos cosas: la perspectiva correcta y los principios y
valores correctos. Aunque somos personas con distinta definición de lo que es
el éxito, sin embargo el proceso es el mismo para todos. Se basa en principios
que no cambian. Se puede definir que el éxito se resume en: Conocer el
propósito por el cual vivimos, desarrollar al máximo el potencial que tenemos, y disposición a beneficiar a los
demás.
Conocer
el propósito
Nada puede tomar el lugar del
conocimiento del propósito. No puedo lograr lo mejor de mí a menos que haya
establecido algún objetivo para mi vida, ya que podría pasar el resto de mi
vida cometiendo errores. Hemos venido a la existencia con un propósito. Según
Víctor Frankl “cada uno tiene su vocación o misión específica en la vida. Cada
cual tiene que llevar a cabo una tarea concreta que exige cumplimiento. En esto
la persona no puede ser reemplazada ni se puede repetir su vida. Por tanto, la
tarea de cada uno es tan única como específica la oportunidad para realizarla”.
Cada uno tiene un propósito para el cual fue creado. Nuestra responsabilidad- y
nuestro mayor gozo- es descubrirlo.
Desarrollando
el potencial
La única verdadera medida del éxito es
la relación entre lo que podríamos haber sido y lo que hemos llegado a ser. Es
decir, el éxito es el resultado de la forma como hemos desarrollado nuestro
potencial. El potencial es el recurso más grande que tenemos sin utilizar.
Podemos hacer cualquier cosa pero no podemos hacerlo todo. Muchas personas
dejan que quienes los rodean decidan su agenda en la vida. Son conocidos como
personas de muchos oficios como resultado de no enfocar sus mejores esfuerzos
en uno solo. No puede haber éxito sin sacrificio. Si quieres lograr grandes cosas,
debes estar dispuesto a grandes sacrificios. La dedicación a un progreso
continuo es la clave para desarrollar tu potencial y tener éxito. Cada día se
puede ser un poco mejor. Recuerda que lo que obtienes por el desarrollo de tu
potencial no es tan importante como lo que llegas a ser a lo largo del proceso.
Booker T. Washington dijo: “Aprendí que
el éxito debe ser medido no por la posición que uno haya alcanzado en la vida
sino por los obstáculos que se hayan superado tratando de tener éxito”. No
importa lo que hayamos tenido que enfrentar en el pasado, tenemos el potencial
para superarlo. Como dice el proverbio: “El que no mira hacia adelante, se
queda atrás”.
Disposición
a beneficiar a los demás
Hay una parte esencial en el camino
hacia el éxito: ayudar a otros. No ganamos la vida con lo que recibimos, pero
hacemos la vida con lo que damos. El médico y filósofo Albert Schweitzer
afirmó: “El propósito de la vida humana es servir, mostrar compasión y ayudar a
los demás”. Para él, el viaje al éxito lo llevó a África, donde sirvió por
muchos años. La clave es encontrar su propósito y ayudar a otros mientras
procura cumplirlo. El animador Danny Thomas insistía en que “todos hemos nacido
por una razón, pero no todos descubrimos el porqué. El éxito en la vida nada
tiene que ver con lo que ganas en ella o logras para ti. Es lo que haces por
los demás”. No importa dónde estemos ahora. Aplicando estos principios ¡podemos
ser exitosos hoy!
(*) Contador
público, licenciado en Administración de Empresas, docente de la Universidad Nacional Toribio Rodríguez
de Mendoza y con maestría en Ciencias con mención en Proyectos de Inversión.
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