En el país de los incas, maestros en la
domesticación de plantas y animales, protectores del pueblo peruano al que
amaban y protegían, se produce un delincuencial y expropiatorio encarecimiento
de la quinua, atentado que es obra de políticos corruptos y hambreadores y de
empresarios corruptos y saqueadores.
Con grave irresponsabilidad, algunos
personajes de la política y el empresariado y otros mercachifles corruptos y
arribistas han estado pregonando a los cuatro vientos que la quinua es el
alimento más completo, que es una solución para el problema de la desnutrición,
etc., y que el Perú contribuirá a luchar contra el hambre mediante la
exportación de la quinua; ¡no les interesa la extendida desnutrición infantil
que reina en el Perú!
Que la quinua es un alimento completo y
puede ayudar a combatir la desnutrición es cierto, siempre y cuando se actúe de
manera seria y teniendo en cuenta los intereses de la mayoría del país. Es
triste decirlo, no ha ocurrido en el Perú, donde la política oficial del estado
es destruir a la población agrediéndola con un sistema de salud de una calidad
propia del África subsahariana y con el propósito deliberado de causar
desnutrición y tuberculosis, de modo que con orgullo los publicistas del
exhiben el segundo lugar que tiene el Perú en el mundo en casos de tuberculosis
multidrogoerresistente, lo cual asegura a los inversionistas que la morbilidad y mortalidad de los peruanos
garantiza una rotación y movilidad de personal que acepta salarios bajos
simplemente para no morir de hambre.
Esto ocurre porque en la planificación
estatal se ha excluido la seguridad alimentaria, que si se hace entraría en
contradicción con el propósito de políticos corruptos y de empresarios
corruptos de diezmar y degradar la calidad de vida de millones de peruanos que
son pobres e indigentes. Al existir -sí, existe- una política de seguridad
alimentaria destinada a fomentar el hambre y la enfermedad, se ha llegado a la
monstruosa campaña de promover la exportación de la quinua quitándola del
alcance de millones de pobres que apenas pueden soñar con el consumo de la
quinua, que en Lima y otras ciudades ya ha llegado al inalcanzable precio de 13
nuevos soles el kilogramo que excluye del consumo de la quinua a la gente de
bajos recursos.
Teniendo entendido que la producción de
quinua no beneficia a las masas de pobres e indigentes del Perú y que el
agricultor gana una miseria con su trabajo, en promedio cinco veces menos que
el intermediario, es alentadora la confirmación de la noticia de que en el
extranjero, en lejanos países, se está cultivando la quinua.
La diferencia en productividad muestra
claramente que los políticos y empresarios peruanos nunca han tenido genuino
interés por la quinua mientras servía de alimento a una pequeña parte de la
población; en ningún momento tuvieron en mente mejorar la producción de la
quinua ni promovieron investigaciones serias y en profundidad para que todos
los peruanos podamos consumirla. Solo cuando en el primer mundo se interesan
por la quinua empiezan los corruptos a exigir de los campesinos más y más
quinua, que se cultiva acá sin técnica moderna.
Por eso el Perú no va a poder competir
en la exportación de este grano con países que trabajan en serio invirtiendo
mucho dinero en investigación y experimentación, algo que no quieren hacer los
políticos peruanos si ven que eso va a beneficiar a los pobres, a la indiada. Además,
debemos señalar que los cuatro países mencionados (India, Dinamarca, Estados
Unidos y Canadá) son industrializados y pueden crear maquinaria que se adapta
al resultado de las investigaciones y experimentos que se realizan en el
terreno. El Perú no fabrica esas maquinarias ni está asociado a un país que
pueda hacer la maquinaria que necesitamos según las características de nuestra
geografía y de los terrenos de cultivo de las diferentes zonas.
Meses atrás, hemos publicado un artículo
en el que exhortábamos a nuestros lectores de habla inglesa a evitar que en sus
países la importación de quinua agrave el problema del hambre y la miseria que
reinan en el Perú, para lo cual debían propagar la idea de que lo mejor era que
ellos mismos cultiven la quinua, objetivo que se está logrando cuando nos
enteramos de la exitosa experiencia que empieza a desarrollarse en esos países.
Su cultivo extendido en esos y otros
lugares lejanos es positivo por dos razones: Primero, habrá más de nuestra
quinua disponible para el pueblo peruano, al disminuir o cesar su importación
en esos países que ya la cultivan. Segundo, se reajustarán las formas de
distribución y precios, con una posible disminución del parasitismo de los
intermediarios.
A los campesinos no les irá muy mal,
considerando que todo el tiempo ellos son la parte más débil de la cadena de
producción y comercialización, porque mientras el agricultor arriesga su
inversión de dinero y trabajo, los intermediarios ganan un promedio de cinco
veces más que el campesino sin arriesgar prácticamente nada. Si los
intermediarios u otros ladrones continúan especulando con los precios de la
quinua, la importación pondrá las cosas en su sitio, cuando más barato resulte
comprar la quinua importada que la quinua local.
La tarea pendiente y que no se va a
emprender es desarrollar una política de seguridad alimentaria, porque los
políticos corruptos y empresarios corruptos que gobiernan el Perú para
beneficiar a Chile solo quieren saquear nuestra patria y obtener ganancias
utilizando al pueblo peruano como una materia prima desechable y despreciable,
que no merece ni una buena alimentación ni un buen servicio de salud.
Entonces, continuará este despojo de la
quinua hasta que las llamadas “fuerzas del mercado” y la presión social y
política impongan como solución la compra de quinua traída del extranjero,
cultivada con las más modernas tecnologías.
Como cosa especial quedará para el Perú
y Bolivia la producción y venta de variedades endémicas de quinua, tan
especiales que solo se pueden cultivar en determinados lugares; tanto es así,
que si se llevan las semillas a otra parte, no prosperan o crecen mal, o dan
granos de baja calidad. Además, para conocimiento de aquellos que creen que la
quinua solo puede cultivarse y prosperar en el Perú o en el Hemisferio Sur,
debemos señalar que los indios de América del Norte conocieron y cultivaron por
lo menos dos variedades de plantas similares a la quinua: Chenopodium
berlandieri y Chenopodium album. No hay que hacerse ilusiones ni contar cuentos
corruptos.
Fuente:
www.connuestroperú.com
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