27 may 2011

La Guerra de los Seis Días

El 18 de mayo de 1967 el dirigente egipcio Nasser pidió al secretario general de las Naciones Unidas la retirada de las fuerzas de la ONU que ocupaban parte del territorio egipcio desde la Guerra de Suez (1956). Esta petición y la concentración de fuerzas del ejército egipcio en las proximidades de la frontera con Israel fueron interpretadas como un acto que ponía en peligro su seguridad.


En junio de ese año las tropas de Egipto, Siria y Jordania se enfrentaron a Israel. Las fuerzas israelíes comenzaban la ofensiva con la Operación Foco. En minutos el ejército egipcio perdió parte de sus aviones de combate y bases áreas. Algunos autores consideran que el ataque a Egipto no fue fruto de las hostilidades con Nasser sino que estuvo planeado. En “Crónica de una injusticia” de G. Jaber Ibrahim, se recogen declaraciones del General Gold, comandante de la aviación israelí que no dejan dudas: “Dieciséis años de preparativos habían sido ejecutados en ochenta minutos. Vivíamos con este plan, dormíamos con este plan, nos alimentábamos con este plan y lo perfeccionábamos constantemente”.

Territorios tomados por Israel en la guerra de seis días

El día 11 de julio, Israel ponía fin a los enfrentamientos. En menos de una semana había conseguido ampliar su territorio de 20.000 km2 a 102.000 km2, ocupando la península del Sinaí, Jerusalén Este, Gaza, Cisjordania y los altos del Golán. Los intensos enfrentamientos dejaron escalofriantes cifras de muertos y heridos: las bajas en el ejército israelí ascendía a 770 mientras que en el bando del valeroso ejército árabe rondaban aproximadamente los 15.000.


A estas cifras debemos añadir los desaparecidos y los miles de palestinos que, nuevamente, huían hacia otros países como el Líbano, Siria o Irak. La derrota de los países árabes supuso un duro golpe para Nasser y el Arabismo: el sueño de crear una única nación árabe se desvanecía y con el las posibilidades de llegar a un estado de paz entre Israel y sus vecinos.


El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobaba, en noviembre de ese año, la resolución 242 que instaba a Israel en los siguientes términos: “Retirarse de los territorios ocupados así como a respetar la soberanía, integridad territorial e independencia política de todos los Estados de la zona y su derecho a vivir en paz dentro de fronteras seguras y reconocidas y libres de amenazas o actos de fuerza".


Esta disposición es uno de los ejes sobre los que han girado las posteriores negociaciones de paz. Al día de hoy sólo dos de los territorios ocupados han sido devueltos: la península del Sinaí (Egipto) tras los Acuerdos de Camp David (1978) y la Franja de Gaza, administrada por la Autoridad Nacional Palestina. Los Altos de Golán siguen sin ser devueltos a Siria e Israel continúa ocupando Jerusalén Este. La cuestión de los territorios ocupados (1967) es el principal punto de desencuentro en las conversaciones llevadas a cabo entre israelíes y palestinos. Esto unido a la negativa israelí de negociar cuestiones como los refugiados, las colonias ilegales y el derecho al retorno de los palestinos. (Nota del editor)


Comité Ejecutivo Distrital de San Borja - Secretaria de Prensa y Propaganda

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