27 jul 2011

La nación y la libre determinación de los pueblos

  Manuel Martínez Donayre (*)

En 1862 el concepto de nación en el Perú se confundía con el de Estado. Francisco García Calderón lo definía como: “…La sociedad de hombres que tiene por objeto la conservación y felicidad de los asociados, que se gobierna por leyes positivas emanadas de ella misma, y es dueña de una porción de territorio”… continua diciendo: … “necesario que tenga dos atributos esenciales, que son la soberanía, en virtud de la cual se gobierna por sí, y la independencia que consiste en no recibir leyes de otra nación.

Los Ashánincas, una nación que forma parte de la diversidad étnica,
cultural, social  y económica que caracteriza al Estado Peruano.
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 Luego existe la definición de Guillermo Cabanellas en su “Diccionario de Derecho Usual” (1962): “…Es la idea de un pueblo con unidad histórica en el pasado, cohesión en el presente y comunidad de aspiraciones para lo futuro. La unidad de Lengua y de raza parece imprescindible, pero existe más holgura en cuanto a la coincidencia religiosa y cultural.  Ha habido una nación sin territorio propio,  como el pueblo judío desde su expulsión de Palestina hasta el intento, aún reciente, que significa el Estado de Israel”.

También tenemos las naciones que han desaparecido como Estados reconocidos por acciones de guerra y repartos territoriales y al tiempo han vuelto a aparecer como Estados,  es así que Serra Moret dice…“el Estado y la Nación están lejos de corresponderse en la historia;… caso de Polonia, nación repartida en los tres últimos siglos entre los Estados Ruso, Austriaco y Alemán o Prusiano” (En Europa).  Para el Dr. Mancini, nación es: “…una sociedad natural de hombres a los que la unidad de territorio, de origen, de costumbres y de idioma conduce a la comunidad de vida y conciencia sociales”.


Para el jurista Moisés Tambini del Valle nación es una colectividad o pueblo conformado por los habitantes de un territorio dado y que constituye el cuerpo del Estado(6) (le da forma física al Estado), mientras que para Marcial Rubio Correa y Enrique Bernales Ballesteros (“Constitución y Sociedad Política” – 1988), la Nación es una sociedad que carece de organización y el Estado es una Sociedad organizada, tácitamente coincidiendo con el primero de los nombrados pues al constituirse como Estado, es porque ha adquirido los dos elementos formales para su Constitución señalados por  Moisés Tambini del Valle, me refiero a la Organización jurídica y la Soberanía, siendo que para que ello sea posible ha debido de lograr previamente su independencia de cualquier Nación dominante.  Esta última definición a mi parecer es la más acertada y de fácil acepción.

El nacimiento de una nación como Estado, es el resultado del proceso de integración o desintegración de otra nación reconocida como tal por los demás estados del mundo.  En nuestro caso, el surgimiento del Estado peruano fue el resultado de la desintegración del dominio del reino de España sobre sus colonias americanas, iniciándose con conflictos secesionistas que nos llevaron a las constantes luchas revolucionarias para lograr la independencia.

Cuando una Nación toma conciencia de su existencia trata de constituirse en un Estado legítimamente reconocido, separándose de otra con la consecuente secesión de los territorios del Estado originario, como lo viene a ser el caso de Belize en Centro América, el caso de Austria y Polonia en Europa; a través de toda la historia, han aparecido Estados y han desaparecido, pero los que se han mantenido persistentemente, reapareciendo a pesar de las guerras e incorporaciones territoriales que los desaparecían políticamente, a esos Estados se les puede llamar Nación.

Nos podríamos preguntar: Actualmente cuantas naciones existen dentro del territorio peruano que pudieran ser parte de un futuro proceso de integración o desintegración del Estado Peruano.

Para responder a ello debemos analizar la composición étnica de la costa, sierra y selva peruana; años de historia en la costa y sierra se han dado procesos de integración nacional que empezó con el dominio Inca en el Tahuantinsuyo, continuó con la conquista española en la Colonia y después de la independencia en la república, subsistiendo pequeños regionalismos mestizos.  Pero en la sierra sur y en la selva aún este proceso de integración nacional no ha concluido, todo lo contrario se ha detenido y las etnias existentes se constituyen en una amenaza desintegradora de la nación peruana.

EN LA SELVA

Otra etnia numerosa lo constituyen los Arawaks o Arahuacos y de donde devienen los llamados Ashánincas. Los pueblos arawaks o Arahuacos fueron habitantes de las Antillas que iniciaron una migración hacia Sudamérica y que en la actualidad perviven en la Amazonía y el chaco. Los ashánincas fueron conocidos en el pasado como Antis (en tiempo de los Incas) o Campas (en tiempos de la república).  Actualmente, ocupan las cuencas de los ríos Apurímac, Ene, Tambo y Pichis. También se encuentran los Shipibos, los Aguarunas, y otros, quienes paran en constante enfrentamiento con los mestizos que pretenden colonizar sus tierras.

EN LA SIERRA SUR

En cuanto a los Aymaras, estos se encuentran en la sierra sur del Perú en el departamento de Puno, con influencia en los departamentos costeños de Tacna, Moquegua y Arequipa. Actualmente, ocupan zonas dentro de tres países limítrofes, me refiero a la sierra sur del Perú, norte de Chile y Bolivia; lugares en donde la naturaleza ha prodigado de una abundante riqueza minera y natural, como lo vienen a ser el uranio, la plata, el cobre y el oro, como también en recursos hidroenergéticos como lo vienen a ser los ríos y su proximidad al gas de Camisea en el Cuzco y la abundancia de agua dulce en el lago Titicaca, recursos codiciables por nuestros vecinos países de Brasil y Chile.

Según sus reclamos, los gobiernos del Perú, Chile y Bolivia han estado realizando trabajos de captación y succión de aguas subterráneas, además de la desviación del curso de los ríos, provocando un desequilibrio ecológico que altera el eco-sistema, de la madre tierra (Pachamama), al cortar los flujos de aguas que refluyen a la superficie, como manantiales y ríos, fuente de vida principal para valles, cuencas hidrográficas e higrográficas; acción que atenta directamente contra sus hábitos de vida cotidianos alrededor de las montañas andinas. Todo ello, ha motivado la sequedad de la tierra y como consecuencia la muerte o emigración de sus animales y la de ellos mismos.  Ante el malestar de la nación Aymara es de preguntarnos si es que en un futuro, podríamos estar enfrentando conflictos étnicos más graves como los que se viven en el medio oriente: judíos y palestinos ó en el viejo mundo, como la desintegración de la Unión Soviética y la federación Yugoslava.

La resolución N.-1514 (XV) de la Asamblea General de las Naciones Unidas (1960) condena la subyugación, dominación y explotación que atente contra los derechos fundamentales de los pueblos. Esta norma reglamenta que todos ellos, tienen el derecho a la libre determinación en su condición política, económica, social y cultural.  De esta forma, la reconstrucción de la Nación Aymara, parece estar amparada por su propia historia y la legalidad de los derechos que poseen para su libre determinación, sin embargo habrá que esperar a que la capacidad de sus dirigentes, pueda mostrarles el camino más adecuado.

LA LIBRE DETERMINACIÓN DE LOS PUEBLOS
El concepto filosófico de libre determinación se deriva de la necesidad humana de hacer realidad sus aspiraciones y de la afirmación de la igualdad intrínseca de todo ser humano, y como tal está conformado por principios que no provienen únicamente de la cultura occidental. Como concepto político, la idea de autodeterminación de los pueblos o de las naciones fue articulada por las culturas periféricas durante la historia contemporánea. Deriva del origen de la compleja pero poderosa idea de “nación”, consolidada en el siglo XIX y generalizada en el siglo XX de la mano del proceso de descolonización. El derecho a la autodeterminación también debe considerarse vinculado evolutiva y conceptualmente con la noción política de “independencia” generada por la Declaración de Independencia de los Estados Unidos en 1776 y la Guerra de Independencia Hispanoamericana (1809-1824).
El derecho de libre determinación de los pueblos o derecho de autodeterminación es el derecho de una nación a decidir su propia forma de gobierno, perseguir su desarrollo económico, social y cultural y estructurarse libremente, sin injerencias externas y de acuerdo con el principio de igualdad.
En este orden de ideas, la nación peruana se encuentra aún en un proceso de integración hasta lograr una identidad nacional aceptada por todos los seres humanos o personas que habitamos dentro del territorio nacional y que se identifiquen con todo el proceso histórico de nuestra patria, con nuestras tradiciones, símbolos y costumbres.

Pero, por otro lado, tenemos a elementos desintegracioncitas que tratan de separarse de la nación peruana, estableciendo una resistencia de baja intensidad dentro de nuestro territorio nacional; es así que esto lo podemos apreciar en los hechos ocurridos en Bagua conocido como “El Baguaso” y los acaecidos en Puno con los Aymaras y la paralización de toda la región. Los dirigentes sociales de estas naciones no son personas ignorantes ni analfabetas, muchos se han adaptado a la modernidad mezclando sus usos y costumbres con la tecnología más avanzada y en el caso de la Nación Aymara ellos ya han elaborado un acta de reconstitución de la NACION AYMARA-QHICHWA (2001).

De no darse solución a los distintos problemas sociales que les aqueja, no brindarles una buena educación bilingüe dándoles a conocer los valores cívicos de la patria peruana, educarles en los principios jurídicos ante los que infringen los bienes jurídicos de la sociedad, se corre el riesgo de que sus líderes ocasionales busquen azuzar a las etnias de la selva ó a la nación Aymara para que traten de sesionarse de los territorios del Estado peruano y constituir uno propio ya sea en la selva ó en la sierra sur, quitándole territorios que ahora son del Perú, Chile y Bolivia.

(*) Abogado egresado de la Universidad San Martin de Porres. Ha sido el secretario general fundador de Sector 16 A “Mártires de Chan Chan” (1989) y actual sub secretario general del Comité  Ejecutivo Distrital de San Borja del Partido Aprista Peruano.

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