27 jul 2011

Somalia se muere de hambre

Sergio Paz Murga (*)

África vuelve a ser noticia esta semana pero esta vez no por temas deportivos  y menos por alguna nueva revuelta democrática en algún país del Magreb. Esta vez, el continente negro vuelve a llamar la atención de la prensa internacional por una crisis humanitaria, la más grave de este planeta, ocasionada por una sequía que tras varios años ha terminado por secar y convertir en un infierno a dos regiones del sur de Somalia.

Naciones Unidas dio la voz de alarma esta semana con un impactante informe en el que señala que el país africano no solo tiene que afrontar una guerra civil sino también una grave “hambruna”.

  Somalia, el corazón de la pobreza extrema que sensibiliza a la comunidad
internacional. Según las NNUU se requiere un mínimo 300 millones de dólares
para ayudar a esta nación. El 85 por ciento de su población vive en casas destruidas.
 Se trata de la primera vez en casi dos décadas que la ONU utiliza el término hambruna (cuando la tasa de desnutrición supera el 30 por ciento) para dos regiones del sur del territorio somalí, Bakool y Lower Shabelle, pero ha sido muy clara en señalar que la crisis podría extenderse a otras zonas en los próximos meses.

“Estimamos que casi la mitad de la población de Somalia, unas 3.7 millones de personas, se ven afectadas por esta crisis. Y un total de 2.8 millones de personas viven en el sur, la zona más gravemente afectada”, declaró el coordinador humanitario de la ONU para Somalia, Mark Bowden.

“Es probable que decenas de miles de personas ya hayan muerto, la mayoría de estas niños”, señaló el funcionario, quien destacó que de todas las posibles víctimas las que más están en riesgo son los niños de cero a dos años –unos 300,000– que reciben agua en vez de leche porque las pocas vacas que habían en el país hace rato se han convertido en carroña.

Hasta ahora, las Naciones Unidas han podido cubrir las necesidades básicas del 20 por ciento de los más de 10 millones de africanos afectados por la sequía en el Cuerno de África, pero el dinero empieza a acabarse.

“Teníamos la esperanza de evitar la hambruna, gastamos muchos de los recursos que teníamos a principios de los años específicamente en ayudar a las comunidades que pensamos que podrían emigrar, para detener esas migraciones, una de las principales causas de la muerte”, explicó Bowden.

La ONU ha dicho que necesita, por lo menos 300 millones de dólares para comprar no solo alimentos, sino también medicinas y tiendas de campaña para las miles de personas que huyen de la guerra y la miseria más absoluta en Somalia.

CAUSAS DEL DESASTRE

Y es que el país está inmerso desde hace años en una cruenta guerra interna que enfrenta a grupos islamistas, vinculados a la red Al Qaeda, en el sur del país con clanes apoyados por Estados Unidos y Occidente que en el 2006 dieron el visto bueno para que tropas de la vecina Etiopía se adentraran en Somalia para hacer retroceder a los radicales musulmanes.

Los enfrentamientos han provocado que cientos de miles de personas caminen por meses para tratar de escapar del territorio somalí y se adentren, como refugiados, a países vecinos como Kenia y Etiopía, donde están siendo desbordados los campamentos que se pensaron serían temporales.

“Entre Etiopía y Kenia estamos recibiendo unos 3,000 nuevos refugiados cada día”, declaró el portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados en Nairobi, Ron Redmond. “Nos sentimos impotentes ante la magnitud de esta catástrofe”, agregó.

La semana pasada el gobierno de Kenia anunció que ampliaría el campamento Ifo II, con el fin de descongestionar el complejo de Dadaab. Las autoridades etíopes están también poniendo en marcha un nuevo campo, Hilowen, que acogerá a los nuevos refugiados somalíes.

La ONU ya planea un puente aéreo para enviar sobre el terreno alimentos y medicinas pero todavía faltan recursos y, lo que es vital en estas crisis, médicos especializados que puedan tratar los casos de desnutrición aguda que no se curan con solo alimentar a la gente. Se requieren antibióticos y reconstituyentes especiales.

Además, es necesario que expertos en temas agrícolas se dirijan a Somalia para que puedan salvar lo poco que queda de las hectáreas aún cultivables en el país africano. Como señaló un informe de la ONU, el país no puede vivir siempre de la ayuda exterior, tiene que proveerse de a pocos de sus propios recursos.

Hasta el cierre de esta nota, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) convocó a una reunión de emergencia para el próximo 25 de julio en su sede de Roma y se espera que países como Estados Unidos, China, Rusia, India, la Unión Europea, entre otros, se pongan una mano en el corazón y la otra en la billetera para poder ayudar a millones somalíes.

La cifra que espera recaudarse, como mínimo, es 300 millones de dólares, que no es nada en comparación al plan de rescate financiero aprobado recientemente por la Unión Europea para Grecia que supera los 150,000 millones de dólares. Solo que aquí no está en juego la salud de las finanzas públicas y los bancos privados, sino lo más valioso del mundo: la vida humana.

(*) Periodista, editor, analista internacional, jefe de la sección internacional del diario Expreso y también es responsable del área internacional de www.generaccion.com.

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