2 sept 2012

El bicameralismo, una vez más

Javier Valle Riestra (*)



El debate acerca de la posibilidad de restablecer el sistema bicameral en el
Congreso de la República cuenta con nuevos e ilustrados elementos al recoger la documentada opinión del constitucionalista y ex parlamentario del Partido Aprista Peruano. Aquí sus reflexiones sobre este controvertido tema.




Sé que incurrimos en lugares comunes y reiteraciones, pero vuelve a la palestra la imbatible idea de restaurar el bicameralismo. Históricamente siempre ha sido así en el Perú. Dos cámaras y hasta tres en los días de Simón Bolívar durante la efímera Constitución vitalicia. Todo el mundo se proclama antifujimorista, pero están dentro de la arquitectura constitucional de esa tendencia. Alberto Fujimori abolió el Senado de la República e instauró el monocameralismo que nos gobierna hoy.

Los más recalcitrantes antialbertistas defienden paradójicamente esta monstruosidad contraria a las tradiciones nuestras y a la tendencia hispanoamericana. Muchos dicen que ya hay que restaurar el Senado para el 2016. ¿Cómo? ¿Apelando a dos legislaturas ordinarias sucesivas? ¿Convocando a una Asamblea Constituyente ad hoc? Yo no creo en procedimientos complejos.

Creo en lo expeditivo y que es de gran pureza constitucional: invocar el artículo 307 de la Constitución de 1979, que legitima a todo ciudadano investido o no de autoridad para el restablecimiento de su efectiva vigencia. Los constituyentes de 1979 sabíamos visionariamente que un atropello como el cometido por Fujimori podría producirse.

Por eso apelamos al poder de los poderes: el constituyente que teníamos los asambleístas por derecho propio y que heredaron todos los peruanos. Dicho poder se mantiene hasta hoy y podríamos restaurar ipso iure la Carta Magna de 1979, dejando sin efecto el papel mojado en tinta de hoy, pero eso exige voluntad colectiva nacional.

La propuesta ha surgido nuevamente del partido oficialista Gana Perú con el apoyo de Alianza Parlamentaria. Quieren discutir un posible retorno al Senado para el 2016. Los fujimoristas se oponen arguyendo que la Constitución de 1993 establece que el Poder Legislativo es unicameral. Recordar que para cambiar la Constitución se requieren ochenta y siete votos en dos legislaturas consecutivas o sesenta y seis adhesiones más una consulta popular, si el debate se agota en una sola legislatura. El oficialismo con Gana Perú tiene cuarenta y tres votos, mientras que Alianza Parlamentaria -que reúne a Perú Posible y otros independientes- aporta doce votos más, con lo que alcanzarían cincuenta y cinco votos. Políticamente aún inviable.

Evidentemente que ese no es el camino. El mejor camino es la autoconvocatoria a una asamblea constituyente. Se dirá que me repito sistemáticamente con esta tesis, pero es que hay que educar al país. El común de las personas que no han vivido el bicameralismo democrático de 1945, 1956, de 1963 a 1992, no interpretan democráticamente el fenómeno. Lo ven como un fenómeno caótico, extraño a la síntesis, redundante y es que no saben que las cámaras de Diputados y Senadores tendrían atribuciones distintas. Que la primera podría ser disuelta, convocando a elecciones inmediatas, y que la segunda subsistiría durante un interregno hasta completar su período. Esa es la nueva democracia que queremos. Tanto de “muera Fujimori”, que “fallezca en la cárcel”, pero su obra magna, el unicameralismo, es defendida a ultranza por sus verdugos.



(*) Jurista, constitucionalista, miembro de la Asamblea Constituyente (1978), ex diputado por Lima, senador de la república y presidente del Consejo de Ministros (1998). Ha sido congresista por la Célula Parlamentaria Aprista (2006 – 2011).

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