Luis Carreño Martínez (*)
En el Perú, como es sabido, tiene un déficit en infraestructura necesaria para darle sostenibilidad al desarrollo y crecimiento económico que vivimos en los últimos años. La apertura de los mercados hace imperativo que avancemos progresiva y sostenidamente de ser un país productor de bienes primarios, a ser un productor de bienes secundarios. Es decir, productos manufacturados, con valor agregado altamente competitivo para ingresar a los nuevos mercados con productos “Marca Perú”, como ellos lo hacen en nuestro país.
Ambas metas que son grandes objetivos nacionales, requieren de la conjunción de diferentes variables para así, lograr las metas propuestas, algunas de las cuales detallamos a continuación.
Infraestructura
Para que los productos manufacturados así como materias primas e insumos a nivel nacional puedan llegar a sus destinos, se requiere una red de comunicación que se inicia con la implementación de carreteras, puentes, caminos, trochas. Para que las ciudades y pueblos puedan generar y desarrollar la tecnología que permita mejorar la productividad, de sus bienes y servicios, van a requerir de infraestructura de saneamiento. Es decir, agua y desagüe, electricidad.
Además, requerimientos derivados de lo primero, como tecnologías para el tratamiento de aguas residuales, cobertura de infraestructura para cubrir el déficit de servicios de salud y educación, vale decir, postas medicas, centros de salud, hospitales, así como colegios, institutos nidos, guarderías, etc.
En el campo del desarrollo de infraestructura productiva, tenemos canales de regadío, reservorios, fuentes generadoras de energía, hídrica, solar, eólica, etc. Además, se requiere desarrollar proyectos en el área del rescate, cultural, histórico, tales como rescate de monumentos históricos, o la generación de infraestructura para el turismo de aventura o vivencial.
Producción de bienes secundarios
La política nacional desarrollada en los últimos años -en lo que respecta a la apertura del Perú a los diferentes mercados del mundo mediante los tratados de libre comercio- nos abre una importantísima oportunidad para el intercambio de productos y la transferencia de tecnología.
Pero, una tarea aún pendiente como se ha dicho en reiteradas oportunidades, es la llamada TLC al interior. Es decir, la necesidad de cubrir el déficit de desarrollo de tecnología y sistemas que aseguren el mejoramiento de la productividad, para lograr ello, es necesario trabajar mucho en la investigación para el desarrollo de nuevas o adaptadas tecnologías así como en la innovación para darle un valor agregado a los productos finales que manufacturamos o a los que en el futuro podamos manufacturar.
Contamos con uno de los elementos más importantes para lograr estas metas que es la capacidad innovadora, creativa y habilidad de nuestros productores, sobre todo los que por la necesidad de crecer en un mercado interno ya competitivo arriesgan en la innovación para el mejoramiento de sus productos. Ejemplos de estos tenemos en las diversas ramas de la producción como la metalmecánica, la carpintería, la agroindustrial, pero necesitamos mejorar más éstas y, especialmente, aumentar nuevas áreas de la producción.
Para esto se hace imperiosa la investigación destinada al mejoramiento y desarrollo de productos. Las empresas demandan socios estratégicos que garanticen que la inversión en la generación de tecnologías y mejoramientos de los sistemas productivos no es un riesgo con alta probabilidad de perder la inversión, sino la posibilidad de mejorar sus productos y su productividad para lograr consolidarse en los mercados en los cuales tienen presencia y expandirse a los espacios que los tratados de libre comercio abren en el mundo.
Trinomio: Desarrollo – universidad – sociedad
Los dos grandes campos descritos confluyen en la necesidad de generar las posibilidades de presentar tanto al sector público, encargado de formular y ejecutar los proyectos de infraestructura, así como el sector privado industrial, encargado de generar desarrollo, empleabilidad y crecimiento económico, una entidad u organismo capaz de darle solución a la problemática planteada con la posibilidad de brindarle la capacidad de solucionar sus problemas a través de la investigación, formulación y desarrollo o ejecución de proyectos, con el respaldo de una institución que brinde las garantías técnicas, económicas, científicas y la infraestructura y necesaria para presentar resultados a los requerimientos de ambos sectores según su tipo de necesidad.
La universidad es, ante esta situación, la entidad capaz de poder brindar los instrumentos para el logro de los grandes objetivos descritos. No olvidemos que en ella confluyen las variables necesarias para garantizar la mejor y más eficiente alternativa de solución a las necesidades del sector público y privado.
El tercer elemento que forma parte de este trinomio es la sociedad. La universidad se proyecta a la sociedad y la lleva de la mano, en el logro de su bienestar y su desarrollo. Cuando se trata de investigar para desarrollar proyectos -tanto públicos como privados- la universidad interactúa con la sociedad y se nutre de ella para alimentarse de la información necesaria para analizarla y sistematizarla en la generación de las mejores soluciones a sus necesidades que se formalizarán a través de los proyectos públicos o privados.
Asimismo, para cerrar este triángulo virtuoso, el estado o la empresa privada logran para si sus objetivos al generar productos y/o servicios orientados a lograr el desarrollo social que se requiere a fin de darle sostenibilidad al crecimiento económico que vivimos. En el caso del sector privado, es menester señalar que si no se logra llegar al estado de bienestar de la sociedad, ésta como mercado no podrá cubrir el 100 por ciento de sus necesidades, muchas de ellas pasan por la satisfacción de gozar de los servicios y/o productos que el sector privado genera, ya sea directa o indirectamente. Una sociedad saludable va dejando de lado las llamadas “enfermedades sociales”, que en estos tiempos ahogan nuestra vida diaria.
(*) Especialista en formulación y ejecución de proyectos públicos y privados, consultor de gobiernos municipales y regionales. Docente universitario y militante del Comité Distrital de San Borja del Partido Aprista Peruano.
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