1 nov 2012

Editorial




El mes de octubre habitualmente está caracterizado, a lo largo de la historia peruana y a partir de la segunda mitad del siglo XX, por golpes de estado, temblores, terremotos, nacionalizaciones y la tradicional procesión del Señor de los Milagros. Los peruanos estamos acostumbrados a diversos sucesos inherentes a este mes.

Pero, al parecer, este año octubre ha estado “marcado” por agitados acontecimientos –algunos de los cuales ocupan la edición de Visión San Borja- que han remecido la siempre turbulenta atmósfera política y social del país. Un conjunto de episodios en el ámbito político demando la atención ciudadana y, especialmente, los ocurridos en los últimos días con el exitoso desalojo de los vendedores del mercado de La Parada y la anunciada realización de la revocatoria de la alcaldesa de Lima, Susana Villarán de la Puente.

Pero, más allá de coyunturas queremos dedicar algunas líneas a rendir homenaje al ex presidente constitucional del Perú, Fernando Belaunde Terry, dos veces elegido jefe de estado y cuyos cien años de su natalicio se ha conmemorado este mes. FBT fue un político cuya honestidad, decencia y convicciones democráticas debemos todos, más allá de diferencias políticas, reconocer y honrar. Se inició en la vida política integrando el Frente Democrático Nacional –alianza que integraba el Partido del Pueblo- en 1945. Como bien afirma nuestro editor Wilfredo Pérez Ruiz, en su artículo publicado en esta edición “Fernando Belaunde: A tal señor, tal honor”: “Ha sido el único gobernante –en los últimos 30 años- que ha dejado Palacio de Gobierno sin mancha ni cuestionamiento alguno en relación a su conducta personal y pública. Jamás tuvo comportamientos deslucidos, censurables y sórdidos. Su sobriedad y buenas formas lo hacían merecer el respeto incluso de sus adversarios”.

Para quienes reconocemos la honestidad como un valor central en quienes actúan en política no podemos dejar de resaltar la huella dejada por este recordado demócrata que coincide con la actitud diáfana que enarboló el jefe y fundador del Partido Aprista Peruano, Víctor Haya de la Torre. Estos peruanos que, probablemente, hayan sido los más ilustres del siglo XX en el Perú nos recuerdan -con su testimonio de vida- que la política debe ser una causa noble al servicio de la población y no una actividad sórdida a la que se recurre para hacer negocio y emplear de manera reprochable las demandas ciudadanas.

De otra parte, anhelamos que la dirigencia nacional del Partido del Pueblo asuma una posición coherente frente a los recientes acontecimientos y, especialmente, se haga realidad la anunciada –y tantas veces postergada- convocatoria a un congreso nacional extraordinario con la finalidad de definir la línea política del aprismo en la actual agenda nacional.


                                                                                                                              Arturo Loli Caballero
                                                                                             Secretario General
Comité  Ejecutivo Distrital de San Borja
 Partido Aprista Peruano

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