10 jun 2013

Editorial

Estimados lectores,

            La actual coyuntura política nos obliga, nuevamente, a tratar un tema central que debe regir el actuar de quienes están en política y, especialmente, en aquellos que asumen posiciones de liderazgo en los partidos políticos. Nos referidos a los últimos cuestionamientos que han surgido hacia los más diversos líderes con expectativas para las elecciones generales del 2016.

Un político, cualquiera que sea su condición, debe exhibir una hoja de vida que constituya un referente ante la ciudadanía. Los políticos debieran constituirse en elementos referenciales de lo que tiene que ser la conducta de un ciudadano identificado con los asuntos públicos. Así de simple.

La decencia, la transparencia, la credibilidad y la honradez, son valores que deben estar plenamente insertados en la vida de los hombres públicos que han conducido los destinos nacionales y con aspiraciones para asumir cargos expectantes en los destinos de la patria. Más allá de la carga política, de algunas de las recientes denuncias públicas, es evidente que estamos frente a un conjunto de líderes nacionales con “techo de vidrio” en cuando a sus bienes patrimoniales y a las acciones desarrolladas en el ejercicio de la función estatal.

Quienes actúan en política saben que estarán siempre expuestos a la fiscalización de sus actos públicos y privados. De allí la necesidad de hacer de la decencia y la honestidad una dupla de valores que facilite a nuestra maltrecha “clase política” reconciliarse con el pueblo y, en consecuencias, volver a ganarse la confianza, el respeto y la credibilidad perdida, entre otras razones, como resultado de su sórdido proceder.

En “Visión San Borja” hemos expresado en reiterados editoriales nuestra firme posición –sin ambigüedades, ni medias tintas- acerca de algo que para todo buen y leal aprista es fundamental: la honradez, la austeridad y la decencia. Los valores que enaltecieron la vida de nuestro jefe y fundador y que, además, debe ser imitada por todos los actores políticos. Haya de la Torre le dejó al país el testimonio ejemplar de una trayectoria prístina, pobre y consecuente que deben recordar quienes conducen los destinos del Partido del Pueblo.

De otra parte, la reciente determinación del jefe de estado, Ollanta Humala Tasso, de negar el indulto al encarcelado ex dictador Alberto Fujimori Fujimori, es una acertada noticia para la salud moral de la república. Esta decisión nos recuerda que no deben existir beneficios penitenciarios –inspirados en motivaciones o negociaciones políticas- para aquellos que  cumplen justa carcelería por probados actos de corrupción y violación a los derechos humanos, entre otros hechos, durante su gestión gubernamental.
                                     
                                                                                                                            Arturo Loli Caballero
                                                                               Secretario General
Comité  Ejecutivo Distrital de San Borja
Partido Aprista Peruano

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