10 jun 2013

Totalitarismo puede convertirse en realidad

César Gutiérrez Peña (*)


Las condiciones políticas para poner en práctica una vocación totalitaria del gobierno “humalista” son cada día mayores y las señales que se envían desde el Poder Ejecutivo también apuntan en esa dirección. Es menester ser vigilantes de la continuidad del sistema democrático y ejercer una defensa sin desmayo para evitar un estropicio.


Las aspiraciones a suceder de Ollanta Humala en la presidencia, por parte de Alejandro Toledo y Keiko Fujimori, hacen imposible que se mantenga una alianza parlamentaria con sus huestes hasta la próxima elección. A medida que se acerque el término del mandato, se presentará la necesidad de ruptura para no aparecer como corifeo de una gestión que llegará sumamente desgastada hacia el 2016.

Por más que se animen a cometer el despropósito de blindar a Alejandro Toledo para que no sea investigado en el Congreso de la República o le otorguen el indulto a Alberto Fujimori, cualquier acuerdo de cogobierno explícito o a hurtadillas será efímero. De otro lado, el ex presidente Alan García ya está en la oposición, luego del ataque hecho desde la llamada megacomisión que tiene el propósito de inhabilitarlo para dejarlo fuera de carrera.

En este escenario la única vía para obtener leyes favorables para gobernar será ejerciendo una habilidad negociadora en cada caso, para lo cual necesitarían un parlamentario con la pericia suficiente, lo que no hay en las filas del oficialismo.

Además de lo descrito no se debe tomar como una casualidad la decisión tomada en la Comisión de Fiscalización del Legislativo, que dado que hay que investigar a Toledo, se ha determinado que se haga lo mismo con Alan y Keiko, a la vez que otro aspirante como César Acuña también afronta problemas por acusaciones y el ex alcalde de Lima, Luis Castañeda, anda liado con un caso heredado de su gestión edilicia. Es decir que solo quedan libres para competir con Nadine Heredia, Pedro Pablo Kuczynski y Lourdes Flores, fáciles de satanizarlos identificándolos como defensores de los acaudalados.

A ello se suma el incremento del presupuesto del servicio de inteligencia, que todo hace indicar que está relacionado con el seguimiento a los opositores. El panorama para el cierre del Poder Legislativo está dado, pongámonos en alerta permanente.

(*) Ingeniero mecánico con estudios en Finanzas, consultor en servicios públicos, asesor de empresas, docente universitario, y ex presidente del directorio de Essalud y Petroperú. 


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