María
del Pilar Tello (*)
El presidente Humala puso énfasis en el
equilibrio económico de su gobierno en su alocución ante el Foro Económico
Mundial. Pero nada más difícil de precisar que el equilibrio en un país con una
derecha tan susceptible y vehemente en su afán de mantener a raya a un
gobernante que hasta el momento le ha dado el gusto de renunciar a sus arrestos
iniciales y adecuarse a su grita mediática.
Todas
las banderas sociales necesitan financiamiento, recursos que dependerán en gran
medida de la minería por ello el régimen no puede descartar proyectos mineros
esenciales altamente financiados. Conga por su alta conflictividad demostró que
Humala se apresuró a aceptarla.
No estamos ante posiciones extremas ni
ante diablos irreductibles. Pero cuando de mover fichas se trata salta el
fantasma de la Gran Transformación y los medios apelan a los garantes para
recordar la Hoja de Ruta. No hay matices, lo que empresarios y derechosos
buscan es la indefinición que solo permite una cauta administración de la
crisis. Cuando el presidente quiere recuperar autonomía y tomar decisiones
políticas como le corresponde, la calma se torna en tormenta con críticas
exageradas que podrían llevar al país a escenarios de difícil gobernabilidad o
al menos ese es el fantasma con que manipulan.
Humala debe administrar una triple
presión, la de los conflictos sociales, la de los empresarios que le exigen
buena conducta y la internacional de la globalización. Por eso busca el centro
como el mejor espacio, el equilibrio entendido como un reformismo complaciente
según los momentos.
Todavía no se cumplen dos años de su
gobierno y ya las concesiones son muchas y fuertes. En la práctica el
equilibrio se identifica con la economía mixta y la profundización de la
democracia para unir reformas sociales con manejo económico liberal. Adherir al
mercado con distintos matices de regulación. Lo poco o lo mucho que haya
avanzado no es identificable ni con la derecha ni con la izquierda. Pero si
quiere hacer realidad un estado fuerte, regulador, promotor y redistribuidor,
no ausente sino bien presente, necesitará de mucha mayor firmeza. Nadie mejor
que un militar para saber que no todo es poder duro ni vertical.
(*) Periodista, analista política,
escritora, docente universitaria, integrante del Comité Técnico de Alto Nivel
del Acuerdo Nacional y ex presidenta del directorio de Editora Perú.
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