María del Pilar
Tello (*)
Como para no creerlo. El debate sobre la
concentración de la prensa escrita, originado por la compra del grupo El
Comercio del 34 por ciento de las acciones de EPENSA, motivó una deriva
inesperada. En su edición del domingo pasado el diario decano apareció
criticando a los medios del estado que solo genera el tres por ciento de su
presupuesto y recordando la promesa del candidato Ollanta Humala de convertir
los medios estatales en públicos y descentralizados.
Es inocultable
que el IRTP carece de manejo empresarial, es un instituto que no puede
autofinanciarse, depende del presupuesto público casi en su totalidad y siempre
ha sido la niña pobre en equipamiento a pesar de que lo necesita para llegar a
todos los rincones del país. Editora Perú sí es una empresa pública, encargada
de editar El Peruano y de gestionar la agencia de noticias Andina, subsidiada
por el diario oficial, que se autofinancia con el avisaje estatal.
La
queja de El Comercio -que funciona en este caso como cortina de humo por los
cuestionamientos que se le han hecho por su ostensible posición de dominio en
la prensa nacional escrita- viene por el uso propagandístico que el gobierno
hace de estos medios. Nada nuevo porque en el Perú los medios estatales siempre
han sido gubernamentales y no públicos. Los gubernamentales son manejados por
cada gobierno y tienden a ser sus propagandísticos voceros. Si fueran públicos
y descentralizados tendrían un manejo más neutral e independiente como sucede
con los medios europeos administrados por representantes de la sociedad
organizada, sean de partidos políticos, colegios profesionales o universidades.
Según
El Comercio la PCM aseguró que el proyecto estaba casi listo. Ojalá porque el
país necesita de medios no subordinados al mercado ni al gobierno, que no
actúen en función del rating o de los patrocinadores. Medios que hagan realidad
el derecho a la información de la ciudadanía.
Destaca
el decano que una forma de evitar el uso político de los medios del estado por
el gobierno es que tengan directorios autónomos, formados por personas
independientes que no dependan de la PCM. Y de ningún poder. Ojalá. Sería
excelente para equilibrar el espectro mediático, en especial el radioeléctrico
tan escandalosamente desequilibrado. La clave está en que los medios públicos
deben ser manejados con probada autonomía y una regulación jurídica precisa
para su administración, organización, financiamiento y orientación de servicio.
Si estuviéramos en ese punto podríamos celebrar la mejor información para la
democracia. Veremos y seguiremos.
(*) Periodista, analista política,
escritora, docente universitaria, integrante del Comité Técnico de Alto Nivel
del Acuerdo Nacional y ex presidenta del directorio de Editora Perú.
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