29 sept 2013

Cada vez menos partido

Estuardo Muñiz Estrada (*)


Como es de conocimiento, como resultado de la revocatoria municipal realizada en Lima fueron destituidos 22 regidores, 20 de Fuerza Social y 2 de Solidaridad Nacional. En virtud de ello,  el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) ha programado elecciones para reemplazarlos.


Se han inscrito siete agrupaciones: Acción Popular, Somos Perú, Partido Humanista, Partido Popular Cristiano, Perú Posible, Siempre Unidos y Tierra y Dignidad, ésta última fachada de quienes respaldan a la actual alcaldesa de Lima. Como para los elegidos el mandato será de un año, dichas agrupaciones han inscrito en su mayoría jóvenes y bisoños políticos para que se vayan fogueando.
Como se está haciendo costumbre el Partido Aprista Peruano no ha presentado lista, continuando con lo que parece ser su tendencia de participar solo cuando compite AGP, como si se quisiera guardar fuerzas para ello. Olvidando que las batallas de los partidos democráticos están en las elecciones, en las luchas populares defendiendo los intereses del pueblo, levantando sus propuestas y para ello son importantes las tribunas parlamentarias, regionales, municipales y la presencia en las organizaciones sociales y sindicales.

Precisamente los líderes salen de esas confrontaciones, no de cursos acelerados ni de la capacidad de insultar en las redes en internet. Así fue organizado el partido de Haya de la Torre, así se fue forjando y haciéndose parte de la sociedad peruana y en un tiempo, también de la patria grande, Indoamérica. Su presencia fue tan importante que hasta los dictadores y, por supuesto, los gobernantes democráticos no podían tomar grandes decisiones sin considerar al Partido del Pueblo y sin consultar –muchas veces en contra de su voluntad- a sus dirigentes. El partido era importante por su presencia en el Congreso de la República -cuando lo había-, en sindicatos, universidades, colegios profesionales, organizaciones sociales y en la sociedad peruana.

La inexplicable política de los responsables de la dirección de no participar en elecciones, no solo nos quita presencia social, sino además desactiva al Partido del Pueblo, a su organización, propicia el desbande y permite que enemigos intenten dividir a la militancia, como aquellos que propiciaron las otrora candidaturas de Ollanta Humala y de Susana Villarán. Mientras sigamos así y nos limitemos a participar en las redes seremos vulnerables y cada vez menos partido.


(*)  Economista con post- grado en Finanzas y Planeamiento. Consultor del Instituto Nacional de Desarrollo y de la Municipalidad Metropolitana de Lima. Ex dirigente estudiantil y secretario general del sector 7mo. del Comité Distrital de La Victoria.

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