Estimados amigos, vecinos y compañeros,
El gobierno –teniendo como interlocutor
al primer ministro Juan Jiménez Mayor- acaba de lanzar la iniciativa del diálogo
nacional con los más representativos partidos políticos, a fin de sostener
reuniones con sus líderes y buscar consensos mínimos que faciliten implementar o determinar reformas, iniciativas legislativas y medidas en algunos importantes
temas nacionales.
Sin
duda, “dialogar no es pactar” es una célebre frase de nuestro querido líder
histórico Ramiro Prialé -quien sirvió de enlace entre el Partido del Pueblo y
sectores conservadores de la vieja política peruana en la década de los años
50- que, además, exhibe la trayectoria de acercamiento, entendimiento y
negociación de un político moderno, democrático y con visión de servicio al país.
Creemos
que estos encuentros con los partidos políticos –aunque tardío y sin contar con
el entusiasta auspicio del jefe de estado- constituyen una oportunidad para el
Poder Ejecutivo y la maltrecha clase de política de poner a prueba la
posibilidad de sentar las bases de mínimos entendimientos que hagan posible
trabajar asuntos relacionadas con las demandas sociales más urgentes.
En
una sociedad no habituada al dialogo, al entendimiento y la concertación entre
sus líderes más los representativos dirigentes, resulta novedoso e incluso
generan sobre expectativas las conversaciones que, en una democracia madura y
con una élite política a la altura de su deber con la historia, sería
plenamente cotidiana. Esto prueba lo lejanos que estamos de constituirnos en
una democracia con sólidos valores de convivencia social en donde seamos
capaces de concertar voluntades en bien del país.
Desde
nuestra perspectiva, es conveniente que este proceso de diálogo tenga
continuidad y sostenibilidad con el propósito de garantizar la implementación
de sus acuerdos y, lo que es más importante, crear mecanismos institucionales
(el Acuerdo Nacional puede ser uno de ellos) que faciliten su seguimiento y la
evaluación. De esta manera, se habrán sentado las bases para concretar reformas
e iniciativas en el corto y mediano plazo que, especialmente, sean percibidas
por la ciudadanía en la atención de sus necesidades más apremiantes.
Dialogar
entre nuestros políticos debe ser –así esperamos- una manifestación de su
voluntad de acercamiento en una colectividad fragmentada por adversidades no
superadas, ausencia de visión, sórdidos cálculos electorales y una mezquindad
encubierta que ha contribuido a alejar a la clase política del sentimiento
nacional y, por lo tanto, sea evaluada tan negativamente por los ciudadanos.
Arturo
Loli Caballero
Secretario
General
Comité
Ejecutivo Distrital de San Borja
Partido Aprista Peruano
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