1 sept 2013

Presentan libro del historiador Luis E. Valcárcel


Para nadie es secreto que para el amauta Luis E. Valcárcel no existió descanso alguno en su desafío de lograr reivindicar al indio. Acciones por las que innumerablemente fue cuestionado en su condición de académico. Esta vez, Petroperú -mediante su sello de ediciones Copé- acaba de lanzar dos tomos titulados “Luis E. Valcárcel: del indigenismo cusqueño a la antropología peruana” que compilan ensayos, artículos y textos del pensamiento del ilustre historiador y antropólogo peruano.

La presentación se mostró expectante en la reciente Feria Internacional del Libro; iniciándola el arqueólogo Carlos del Águila con los agradecimientos de ley, para pasarle luego la posta al nieto del amauta; Luis Fernando Brugué Valcárcel, que en principio agradeció el trabajo del también historiador Luis Rénique.

Brugué mencionó la invalorable labor que emprendió su abuelo desde muy joven, que apenas a los doce años hizo su primer periódico “El Heraldo” y un tiempo después, a los dieciocho años, en 1909, había iniciado la primera huelga en la universidad del Cusco. A consecuencia de ello la casa de estudios empezó con sus investigaciones para resolver la problemática educativa de la época.

También, recalcó que en el segundo tomo se habla más del aspecto científico de las investigaciones de su abuelo, aplicando la etnología y la etnografía como ciencias.

Finalmente, intervino el arqueólogo y catedrático Luis Guillermo Lumbreras, quien tuvo el privilegio de ser alumno de Valcárcel y Arguedas. “Valcárcel no era un historiador, era un subversivo”, afirmó con vehemencia Lumbreras, quien volvió a citar la conocida movilización estudiantil del Cusco para frenar una gestión inapropiada de parte de una universidad semi feudal.

En el Perú existía un gran problema para la sociedad y era “El Indio”; mentalidad que Valcárcel tenía que erradicar de las alienadas mentes post-hispánicas. Ya que, en Lima, solo había un 15 por ciento de criollos, y el resto (75 por ciento) eran indígenas que hablaban el quechua. Lengua madre que gradualmente se fue perdiendo por la preponderancia de lo externo. Lumbreras también citó uno de sus libros favoritos escritos por Valcárcel  “De la vida Incaica” (1924).

En cuanto a la independencia del Perú, Valcárcel siempre tuvo clara su posición del significado de ser peruano, que consistía en asumir la verdadera integridad, y que ya no tendría que haber Madre-patria; pues, la verdadera Madre-patria estaba en el Perú, y no en España.

El Inca Garcilaso de la Vega no estuvo ajeno en el discurso de Lumbreras, que para él fue como un anterior Valcárcel de la historia peruana; pues Garcilaso vio el desmoronamiento del templo de Sacsayhuamán de parte de los españoles, pero nadie le creía. Y, luego de algunos siglos, Valcárcel en el año 1933 se fue a excavar a Sacsayhuamán, (la mayor obra arquitectónica inca) y corroboró lo que dijo Garcilaso, que realmente había sido destruida.

Luis Eduardo Valcárcel creía en los pueblos colectivos, y no individuales, porque todos siempre necesitaron de todos, mediante la reciprocidad, según los principios de la cooperación, tal como existía en el incanato. “Tempestad en los andes” fue un libro que Valcárcel lo planteó como una especie de lucha social. En el hablaba del nuevo indio y su transformación, no dejando de lado su tesis de que la multiculturalidad era la verdadera visión del Perú.


Fuente: www.limagris.com/






(De Izq. a Der.) Fernando Brugué Valcárcel, Luis Guillermo Lumbreras
y Carlos del Águila en la exitosa presentación del libro
“Luis E. Valcárcel: del indigenismo cusqueño a la antropología peruana”
en la Feria Internacional del Libro.


(Arriba) Fernando Brugué, nieto y recopilar de la obra de Luis E. Valcárcel,
durante su documentada intervención. Abajo, el ilustre y recordado historiador.


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