La política peruana siempre está llena de
cambios y súbitas transformaciones. Al proceso de revocatoria de la alcaldesa
de Lima, Susana Villarán de la Puente, se suma la demanda que el Perú ha
iniciado en la Corte Internacional de Justicia de La Haya por el diferendo
marítimo con Chile y, por último, sigue el “suspenso” en torno al pedido de
indulto al ex dictador Alberto Fujimori Fujimori, quien está sentenciado a 25 años
de cárcel por los delitos cometidos durante la década oscura de su
administración gubernamental.
Desde
nuestra perspectiva, reconocemos la legalidad constitucional de la revocatoria
como un instrumento al que tiene derecho la ciudadanía. Pero, consideramos que,
a todas luces, el proceso contra la alcaldesa de Lima -además de tener un
sinnúmero de cuestionamientos- tiene detrás un conjunto de intereses que están
muy lejos de pretender interpretar las demandas sociales de la población. Además,
de concretarse la revocatoria –convocada para el 17 de marzo del 2013- los
proyectos en ejecución serán paralizados y, además, se producirá un vacío en la
gestión edil perjudicial para la ciudad y sus habitantes.
De
otra parte, saludamos la cohesión y madurez nacional en entorno al litigio
–iniciado el 2008- que el Perú, de acuerdo a los instrumentos del derecho
internacional, está llevando en la CIJ y que, finalmente, pondrá fin de una
disputa que representa una pérdida de soberanía y un grave perjuicio para la
próspera actividad pesquera en la zona sur del país. No obstante, debemos
evitar ánimos triunfalistas que puedan generar frustraciones colectivas de no
ser el fallo final el esperado por nuestro país.
Por
último, el ex dictador sigue dando que hablar. Los trámites para lograr su
indulto continúan generando polémica en la opinión pública y, especialmente,
una serie de conjeturas acerca de la decisión que, finalmente, deberá adoptar
el jefe de estado, Ollanta Humala Tasso. Es obvio que la determinación será
política y no, como los voceros del gobierno afirman, sustentada solo en los
informes médicos. Como ha señalado Mario Vargas Llosa “Fujimori está mejor que
usted y yo” y, además, recordemos que se encuentra en un lugar lleno de los
privilegios que no dispone ningún otro recluso en el país.
Esperamos
que, prontamente, se cierre este capítulo que enturbia la escena política y que
-de producirse el indulto en cuestión- dividirá más al país, “ensuciará” la
imagen del gobierno peruano y
representará una frustración en el anhelo colectivo de hacer justicia
sin distinciones. El país está atento a lo que se resuelva en Palacio de
Gobierno.
Arturo Loli Caballero
Secretario General
Comité
Ejecutivo Distrital de San Borja
Partido
Aprista Peruano
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