3 dic 2012

Editorial


            La política peruana siempre está llena de cambios y súbitas transformaciones. Al proceso de revocatoria de la alcaldesa de Lima, Susana Villarán de la Puente, se suma la demanda que el Perú ha iniciado en la Corte Internacional de Justicia de La Haya por el diferendo marítimo con Chile y, por último, sigue el “suspenso” en torno al pedido de indulto al ex dictador Alberto Fujimori Fujimori, quien está sentenciado a 25 años de cárcel por los delitos cometidos durante la década oscura de su administración gubernamental.

Desde nuestra perspectiva, reconocemos la legalidad constitucional de la revocatoria como un instrumento al que tiene derecho la ciudadanía. Pero, consideramos que, a todas luces, el proceso contra la alcaldesa de Lima -además de tener un sinnúmero de cuestionamientos- tiene detrás un conjunto de intereses que están muy lejos de pretender interpretar las demandas sociales de la población. Además, de concretarse la revocatoria –convocada para el 17 de marzo del 2013- los proyectos en ejecución serán paralizados y, además, se producirá un vacío en la gestión edil perjudicial para la ciudad y sus habitantes.

De otra parte, saludamos la cohesión y madurez nacional en entorno al litigio –iniciado el 2008- que el Perú, de acuerdo a los instrumentos del derecho internacional, está llevando en la CIJ y que, finalmente, pondrá fin de una disputa que representa una pérdida de soberanía y un grave perjuicio para la próspera actividad pesquera en la zona sur del país. No obstante, debemos evitar ánimos triunfalistas que puedan generar frustraciones colectivas de no ser el fallo final el esperado por nuestro país.

Por último, el ex dictador sigue dando que hablar. Los trámites para lograr su indulto continúan generando polémica en la opinión pública y, especialmente, una serie de conjeturas acerca de la decisión que, finalmente, deberá adoptar el jefe de estado, Ollanta Humala Tasso. Es obvio que la determinación será política y no, como los voceros del gobierno afirman, sustentada solo en los informes médicos. Como ha señalado Mario Vargas Llosa “Fujimori está mejor que usted y yo” y, además, recordemos que se encuentra en un lugar lleno de los privilegios que no dispone ningún otro recluso en el país.

Esperamos que, prontamente, se cierre este capítulo que enturbia la escena política y que -de producirse el indulto en cuestión- dividirá más al país, “ensuciará” la imagen del gobierno peruano y  representará una frustración en el anhelo colectivo de hacer justicia sin distinciones. El país está atento a lo que se resuelva en Palacio de Gobierno.



                                                                                                                                Arturo Loli Caballero
                                                                                              Secretario General
Comité  Ejecutivo Distrital de San Borja
Partido Aprista Peruano

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