Estimados
lectores,
Llegamos
al final de un año colmado de sorpresas.
La continuidad de la denominada “Hoja de Ruta” por parte del presidente Ollanta
Humala; su alejamiento –sin mediar explicación- de sus ex aliados de la
izquierda peruana; la anunciada revocatoria de la alcaldesa de Lima; la
renuncia de un segundo gabinete ministerial de corta vida; la exitosa
presentación de los agentes peruanos en la Corte Internacional de Justicia de
La Haya; son algunos de los sucesos más notorios y resaltantes.
No
obstante, y pese a la improvisación debemos destacar la estabilidad
macroeconómica que, a pesar de los efectos de la crisis internacional, se
refleja en las cifras económicas en el Perú. Según estudios del Banco Mundial,
nuestro país con México, Colombia y Chile son los países más atractivos para
fomentar las inversiones. Sus indicadores de inversión son favorables y, en el
caso peruano, a pesar de Conga y los reiterados conflictos sociales, tenemos un
horizonte económico positivo.
Desde
nuestra perspectiva, el problema radica en el que la ampliación de la economía no
está acompañada de un proceso de modernización y democratización del estado
peruano y, especialmente, de una mejor estructura democrática. Para la inmensa
mayoría de compatriotas el estado todavía está lejos de atender sus inmensas y
complejas demandas sociales, además la administración de justicia no llega a la
ciudadanía y, por último, nuestra maltrecha clase política sigue protagonizando
sucesos que la desprestigian y distancian de la población.
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Necesitamos
fortalecer las entidades que constituyen las bases organizadas de la democracia.
Por esta razón, los partidos políticos tienen una misión fundamental y, además,
debieran tener capacidad para formar conciencia ciudadana y promover valores
democráticos. Solo así se logrará afianzar la convivencia cívica en nuestra
sociedad y ganar la batalla ideológica a los extremistas y violentistas del Movadef.
Aunque
cada vez con mayor nitidez podemos observar como pierden espacio social las
organizaciones políticas que están llamadas a actuar como escuelas de formación
ciudadana y espacios plurales de debate de los auténticos problemas nacionales.
Lamentablemente, el Partido del Pueblo está inmerso en esta crítica formulada
al culminar un año que deja lecciones para reorientar el rol de los partidos
políticos en el Perú del siglo XXI.
Arturo Loli Caballero
Secretario General
Comité
Ejecutivo Distrital de San Borja
Partido Aprista Peruano
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