1 may 2012

Mariátegui no fue desterrado por Augusto B. Leguía


Nelson Juárez Vásquez (*)

El 19 de abril del 2012 se publica una nota anónima titulada “Aprista calumniador” en el diario La Primera. El anónimo pretende responder a mi carta y artículo “Respuesta a César Lévano” del 17 de abril del 2012, las cuales refutan el artículo del 15 de abril del 2012 donde hace aseveraciones agraviantes contra mi libro “Las Sombras de Mariátegui. El ‘primer caviar’ de la historia”.



El director de La Primera no se ha dignado en contestarme, más bien le ha encargado la deshonrosa labor de insultarme a otra persona y esta tarea ha sido tan degradante que la nota no tiene autor, es un anónimo. ¿Esta es la clase de periodismo que enseña el Sr. Lévano?

El periodismo es investigar, buscar la verdad e informar con objetividad. Nada de eso existe en el artículo del 15 de abril y en el anónimo publicado el 19 de abril del 2012. Las palabras que se usan en ambas notas son: “grosera diatriba”, “el difamador”, “calumniador”. Además de la desinformación y tergiversaciones que se hacen contra mi texto.

Afirmo en mi libro que José Carlos Mariátegui no fue desterrado por Leguía, que Mariátegui aceptó el cargo pagado de agente de propaganda periodística del Perú en Italia, además que en la práctica no cumplió con el trabajo para el cual fue nombrado y que regresó al Perú porque hubo una reducción generalizada de los puestos diplomáticos del Perú en Europa y no porque así lo decidiera una célula socialista de nuestro país en Italia.

En el anónimo del 19 de abril del 2012, se dice que yo calumnio a Mariátegui al afirmar que éste viajo a Italia como agente de propaganda del gobierno porque en realidad viajó como “agente de propaganda periodística en Italia”. Lo insólito de este gratuito ataque es que el anónimo funda su afirmación en la resolución que, por primera vez se reproduce en mi libro. Así, en mi texto aparece la resolución del 27 de noviembre de 1919 -firmada por Leguía- donde se autoriza al Cónsul del Perú en Génova para que “abone a don José Carlos Mariátegui, agente de propaganda periodística en Italia, la cantidad de cuarenta y cinco libras.” ¿Qué mayor transparencia de una investigación que reproducir una fuente? Ahora bien, ¿Cuál podría haber sido la función Mariátegui como “Agente de Propaganda Periodística en Italia”? ¿Habría sido una de sus funciones atacar al gobierno de Leguía? ¿Acaso el cargo de Agente de Propaganda Periodística no sería ocupado por gente de confianza del gobierno de Leguía?

El anónimo asevera que “el difamador finge ignorar que Mariátegui era director del diario La Razón. Leguía se había hecho del poder, mediante un golpe de estado, del 4 de julio de 1919. El periódico de
Mariátegui y de su íntimo amigo César Falcón empezó a atacar al régimen. El 8 de agosto La Razón anunció que dejaba de aparecer. La imprenta, que era del Arzobispado, se negaba a continuar con la impresión.” Realmente quien difama es el anónimo porque en la página 9 de mi libro señalo que “el 14 de mayo de 1919 salió el primer número del periódico La Razón que lo dirigía José Carlos Mariátegui y César Falcón.” En la misma página se narra la versión, citando a Guillermo Rouillon, que el Arzobispado se negaba a imprimir el periódico de JCM. Como se aprecia no ignoró lo que dice el anónimo, sino que, por el contrario, la versión del cierre del periódico de JCM está en el libro “Las sombras de Mariátegui. El primer ‘caviar’ de la historia.”

El Sr. Lévano y el anónimo con la cita de Jorge Basadre pretenden concluir que el cargo rentado de Mariátegui como “agente de propaganda periodística” era un destierro. Hay que precisar que la versión de Basadre, respecto a la alternativa que dio Leguía a Mariátegui y Falcón, de ir a la cárcel o viajar a Europa, se cita en mi libro pero tomada del biógrafo de Mariátegui, Guillermo Rouillon.

Además, Basadre en la cita que reproduce el Sr. Lévano, no asevera que Leguía haya desterrado a JCM. Basadre narra una versión, que bien analizada no hacen quedar bien parados a JCM y a Falcón, todo lo contrario. Así, Basadre afirma que “según se dijo, un alto funcionario del gobierno que era amigo de los periodistas les presentó la alternativa de ir a la cárcel o viajar a Europa a costas del gobierno. Mariátegui y Falcón escogieron la segunda opción.” En primer lugar, el gran historiador peruano no ha corroborado la versión que expone, el dice claramente “según se dijo” ¿Quién dijo? ¿Cuándo lo dijo?

Es decir, Basadre no cita la fuente del hecho que narra. Además, se les presentó la alternativa a JCM y Falcón “de ir a la cárcel o viajar a Europa a costas del gobierno”. ¿Y qué decidieron JCM y Falcón? Según Basadre “escogieron la segunda opción”, es decir, Falcón y Mariátegui escogieron “viajar a Europa a costas del gobierno”. En mi artículo del 17 de abril pregunté ¿Cómo califica la decisión de Mariátegui de “viajar a Europa a costas del gobierno” de Leguía, régimen que supuestamente, en forma indirecta le cerro su periódico; diario que era opositor a Leguía? Hasta ahora no obtengo respuesta. También le pregunté al Sr. Lévano ¿Si aceptaría un cargo rentado en el extranjero de un gobierno que le cierra el periódico que dirige? Tampoco ha respondido, aunque podemos suponer que siendo fiel seguidor de Mariátegui de seguro aceptaría.

El Sr. Lévano y el anónimo intentan descalificarme por mis convicciones políticas. Ambos muestran una intolerancia propia de los fanáticos. Intenta pasar por destierro disfrazado el hecho que Mariátegui aceptara ser “agente de propaganda periodística”, con un sueldo de 45 libras oro, mediante resolución del 27 de noviembre de 1919, suscrita por el presidente Leguía y el canciller Porras. Los insultos y agravios no detendrán que se sepa la verdad: Mariátegui no fue deportado por Leguía.

(*) Abogado, docente, investigador, autor del libro “Las sombra de Mariátegui. El primer ‘caviar’ de la historia” e integrante del Instituto de Sudamérica.


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