Augusto
Dammert León (*)
Al cumplirse el 6 de enero un
aniversario más del natalicio del histórico y querido líder aprista Ramiro
Prialé Prialé -un político decente, honrado, austero y consecuente que luchó
por los ideales de justicia social- nos complace publicar el emotivo y
documentado artículo de Augusto Dammert León (1918 – 2005), -fundador del
Partido Popular Cristiano- aparecido en el diario El Pueblo (Arequipa) el 26 de
octubre de 1988. Esta nota fue
obsequiada al editor de Visión San Borja con la siguiente dedicatoria: “Para
Wilfredo Pérez Ruiz, joven ciudadano de hoy, comprometido en afanes cívicos y
en la conservación de la naturaleza. Que Prialé y Raimondi sean sus ejemplos”.
(Arturo Loli Caballero)
Fue
maestro por vocación, por la sangre y por la tradición, porqué fue hijo y
sobrino de maestros. Su cortesía era proverbial. Sus clases, lo recuerdan
numerosos alumnos, era una siembra de señores a granel, porque se dirigía a
cada joven anteponiendo el título al apellido.
Los jóvenes discípulos del profesor
Prialé aprendían al tiempo el castellano y la educación cívica, que enseñaba
como curso que practicaba personalmente. Como buen huanca, como buen maestro,
como ciudadano, sabía el significado de urbanidad, compañía y hermandad, en que
nuestros lejanos antepasados instruían a los hombres.
La vida limeña de Prialé transcurrió
éntrela modesta vivienda de la calle Sandía, dentro de los muros de la antigua
penitenciaria y la sencilla casa de Mariscal Luzuriaga de Jesús María. Aparte
de sus años de profesor, en el Antonio Raimondi o de representante del pueblo
en el parlamento, entremezclados con el exilio afrentoso.
La pericia profesional de un grupo de
médicos encabezados por el afamado oculista Jorge Valdeavellano, permitió la
recuperación de Don Ramiro luego de un grave accidente automovilístico que puso
en peligro su vida. La Providencia había
intervenido convenientemente. Prialé tenía que seguir trabajando al servicio
del Perú y de sus gentes, silenciosa y eficazmente. Debía cumplir su magisterio
con la misma discreción, con la misma sencillez que ponía en todos sus actos.
Su infancia, su juventud, su herencia
familiar, acentuaron la innata dedicación de Ramiro Prialé por la concertación,
por la concordia y la convivencia. Como hombre, como maestro, como político, ha
dejado constancia de su vivencia en la densidad de sus horas, repartiendo
generosamente los dones con los que fue favorecido, que recibiera como regalo
de los reyes en el día de su nacimiento en la tierra de los huancas.
Por eso, su admiración al fundador de la
república, reiterada el 28 de julio de 1987 en el Palacio Legislativo, al
rendir homenaje a José Faustino Sánchez Carrión, maestro de civismo, como
presidente del Congreso de la República; por eso, su mensaje al futuro se
refiere a la tarea educativa; lograr que las energías y las rebeldías juveniles
se encaminen hacia objetivos generosos y
constructivos. Porque Ramiro ha sido un hombre bueno, cuyas virtudes
principales fueron la paciencia y la tolerancia que lo hicieron un Marín de
Porras de la civilidad. Practicó en todo momento una política desusada, la de
los encuentros, las conversaciones, el diálogo, la negociación, para ejemplo de
propios y extraños y todavía no se aprende sus enseñanzas como maestro de
conciliación.
Ramiro Prialé se autodenominó maestro de
escuela. Ha sido maestro de muchos peruanos, supo dar lecciones de amistad y de
civismo, su ideal era tener menos limitaciones para ser más útil a la patria,
que tenía aversión al odio y a la deslealtad, que tenía conciencia de la gran
responsabilidad histórica que asumía el Perú el 28 de julio de 1985, al
enfrentar el atolladero tenebroso en que se encontraba el país.
Muchas cosas dicen y se escriben ante la
partida de Don Ramiro, todavía faltan otras. La presencia del pueblo peruano en
su despedida ha sido elocuente. Ramiro Prialé Prialé era un gran señor, un gran
maestro, un gran amigo. Fue un ciudadano
cabal. Apreciaba y respetaba los valores humanos.
(*) Diplomático, embajador del Perú en Jamaica y
Nicaragua, secretario del Consejo Católico para la Cultura de la Conferencia
Episcopal Peruana, dos veces alcalde de San Isidro y presidente ejecutivo de la
Asociación Pro-Defensa de la Naturaleza (Prodena).
Ramiro
Prialé, figura emblemática y ejemplar de la política peruana.
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