Ricardo Sánchez
Serra (*)
Un análisis del prestigiado laboratorio Envirolab
–que trabaja también para la Dirección General de Salud (Digesa)- señala que el
mar de San Miguel está limpio, bajo los estándares nacionales de calidad
ambiental para agua. Es decir que el nivel de concentración de los parámetros
físicos, químicos y microbiológicos presentes en el agua está por debajo del
límite o parámetros exigidos.
Este estudio es
del mes de noviembre. Asimismo, periódicamente la Municipalidad de San Miguel
encarga hacer estos estudios a laboratorios especializados desde hace años, con
el mismo resultado. Hasta han regresado los delfines. Sin embargo, hay personas
o instituciones interesadas en desprestigiar a la comuna y a su alcalde
Salvador Heresi. No muestran ninguna prueba o análisis que sustente su crítica,
sino simplemente un afán figurativo, con una prensa que, tal vez, sin darse
cuenta, hace eco a propósitos subalternos.
Heresi,
liderando el reclamo de los vecinos, clausuró para siempre el colector
costanero, que arrojaba al mar heces de más de veinte distritos de Lima, del
tamaño de tres estadios nacionales diariamente. Se venció a lo que parecía
imposible. Y, ese liderazgo, debe destacarse y no olvidarse, como algunos
pretenden hacerlo con mezquindad y envidia.
Además,
hoy el habitante de San Miguel se siente orgulloso de vivir en esa localidad,
pues hay cerca de 140 parques, y el actual alcalde ha sumado más de 250 mil
metros cuadrados de áreas verdes, que superan largamente el estándar de la
Organización Mundial de la Salud, que en su preocupación por la salud pública
ha establecido que es necesario que cada ciudad tenga nueve metros de área
verde por habitante como proporción mínima. Los últimos tres parques que ha
inaugurado es el Turquía y Belén, en la Costanera y el majestuoso Raoul
Wallenberg, en la Costa Verde
De
otro lado, no se debe olvidar cómo se encontraba la Costanera antes que él
asumiera el cargo de burgomaestre. Era un terral y el metro cuadrado no pasaba
de 30 dólares. Hoy, luego de construir una moderna vía, el metro cuadrado
supera los 1.500 dólares. Igual pasó con la avenida Bertolotto, cuyos metros
está por encima de los 2500 dólares.
Gracias
a su denodado esfuerzo pronto se ampliará la avenida Costa Verde hasta llegar
al Callao, por ello la ampliación de la vía –se ha ganado más de 100 metros al
mar- y habrá espacios recreacionales.
(*) Periodista, analista internacional, consultor
y miembro de la Asociación de Prensa Extranjera en el Perú y corresponsal de
United Press Internacional.
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