4 oct 2012

¿Cómo fascinar a los clientes?


Mario Galarza Peña (*)


Aunque usted crea que es difícil, nada más lejos de la realidad, hacer felices a sus clientes no es tan costoso como todos piensan. Aquí siete tips para hacer felices a sus clientes.


Primero, la educación es la base de todo: Si atiende un pequeño negocio esto es con usted. Un Buenos días, ¿Cómo le ha ido? ¿En qué puedo serle atento? Son frases que el cliente quiere escuchar.

Segundo, un empleado feliz, es igual a un cliente feliz: Cuando un empleado es maltratado por su Jefe él mismo no estará en capacidad de atender a un cliente con la disposición, cortesía y eficacia que merece; pronto tendrá a un cliente molesto por la manera en la que ha sido tratado.

Tercero, los detalles hacen la diferencia: Si su empresa atiende un gran número de clientes y estos tienen que esperar a ser atendidos, procure que su área tenga algunos detalles que hagan la espera más agradable, como bebederos de agua, cafeteras, máquinas expendedoras de snacks, asientos, una televisión que además de ser canal corporativo distraiga a sus clientes.

Cuarto, tenga buena memoria: Llame al cliente por su nombre, siempre tenga a mano la bitácora de su pedido o reclamo, llame a sus clientes por teléfono en fechas importantes y no sólo cuando les deba dinero, envíeles inclusive alguna tarjeta de descuento.

Quinto, esté siempre un paso adelante de sus clientes: Si usualmente recibe a un cliente que le pide lo mismo vez tras vez, antes de que él haga su pedido, llámelo por su nombre y salúdelo, luego parafrasee su pedido, de ser posible hágale un pequeño obsequio, con esto alegrará a su cliente.

Sexto, no sea un robot, socialice: muchas veces un cliente no sólo desea ser bien atendido sino también escuchado, frases como: ¿Cómo está su familiar enfermo? Estas preguntas y más, hacen que el cliente sienta que usted no lo ha olvidado, hágale sentir como en casa, deje que hable de lo que quiera.

Séptimo, una sonrisa calma hasta a las fieras: nunca atienda con una expresión de fastidio, mal humor, sarcasmo o cualquier otra mala expresión, no haga que su cliente se devuelva por la puerta por la que entró. Cuando un cliente vaya en su dirección muéstrele su mejor sonrisa.

(*) Con estudios de Post Grado en Planeamiento Estratégico y Marketing de Negocios en ESAN y de Banca y Finanzas en CREDIT LYONAIS (Brasil), experto en marketing corporativo y pequeña empresa.

¿Una peruana en el Vaticano?


Wilfredo Pérez Ruiz (*)


Gabriela León Velarde Ruiz Huidobro es la única mujer y la primera representante de nuestro país cuya entrega cultural se presenta en la Santa Sede. Con ocasión de celebrarse la canonización del beato San Juan Masías (Badajoz, 1585 – Lima, 1645), el 28 de setiembre de 1975, el Vaticano convocó un concurso internacional con la finalidad de simbolizar la imagen del santo español en la edición de un libro conmemorativo. Participaron cuatro pintores españoles y nuestra compatriota que entonces residía en Roma.


El jurado de críticos de arte designó las doce pinturas de León Velarde para ilustrar la publicación. A solicitud del Vaticano sus originales se exhiben en su museo, habiéndose convertido en la única mujer que está simbolizada en la sede papal. Este trascendente suceso motivó los homenajes del Senado de la República (1988) y de la Cámara de Diputados (1989), en reconocimiento a su “fecunda y encomiable labor pictórica y docente desarrollada durante más de 30 años”.

Nacida en Arequipa, proviene de una familia comprometida con la historia del país. Hija de Máximo León Velarde y Marisabel Ruiz Huidobro Calero. Estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes (Lima), en donde fue alumna de José Gutiérrez Infanta, Alejandro González  Trujillo, Sabino Springett y Manuel Ugarte Eléspuru, de quienes recibió notable influencia. En 1967, obtiene una beca del Instituto de Cultura Hispánica Gregorio Marañón para estudiar arte y pintura en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando (Madrid). También, siguió cursos de especialización en cerámica, restauración de cuadros, técnicas turísticas, entre otros.

Su trabajo se ha caracterizado por su tendencia clásica y subrealista-abstracta. A lo largo de su trayectoria su fuente de inspiración ha sido el mar, los paisajes submarinos y el cielo, para transmitir un concepto diferente y singular de belleza, vinculado con la búsqueda de paz espiritual. La forma del alma a través del retrato es una parte sustantiva de su producción, que se encuentra en colecciones particulares de los diferentes países del mundo que ha recorrido durante nueve años (1967 – 1976).

Ha realizado numerosas exhibiciones individuales. Entre ellas deseamos resaltar la efectuada en el Ufficio Central Studenti di Italia (1971), en donde vivió varios años. Allí recibió el apoyo y aliento entusiasta de su director, el monseñor Remigio Musaragno, para concretar sus primeras y exitosas exposiciones. También, ha efectuado presentaciones en el Centro di Azione Latina (Roma, 1975).

En la capital italiana empieza una intensa vinculación amical con algunos interesantes peruanos. Como el prestigioso y recordado escultor Joaquín Roca Rey y joven político e intelectual Carlos Roca Cáceres. Igualmente, durante su permanencia en Europa entabla amistad con los tenores Luis Alva y Enrique Palacios.

Pintora, maestra, artista solidaria, enamorada de Italia y con notables brillos, León Velarde considera que “el arte debe estar al alcance del común de las gentes. Es una forma de sensibilizar, educar e influir positivamente en la conciencia de nuestros semejantes y así podremos construir una sociedad más humana y justa. El Estado debe crear mecanismos para hacer de la cultura una actividad inmersa en la agenda social del país”.

Gabriela, a través de su trabajo, intenta volcar la inspiración de una peruana intensamente identificada con causas sociales dignas de cultivar en la conciencia colectiva de una sociedad como la nuestra, tan llena de indiferencias, apatías y debilidades. Un ejemplo de grandeza que debiéramos recoger e imitar.


(*) Docente, consultor en organización de eventos, protocolo, imagen profesional y etiqueta social. http://wperezruiz.blogspot.com/

La libertad de expresión y la ofensa a las religiones


Ricardo Sánchez Sierra (*)

El mundo islámico se ha movilizado contra el filme “La inocencia de los musulmanes”, con manifestaciones desproporcionadas desatando una ola de violencia, atentando contra la vida y destruyendo la propiedad privada de gente inocente.

Las protestas que si bien son justificadas, han llegado a la irracionalidad de asesinar al embajador norteamericano y otros tres funcionarios de la embajada de Estados Unidos en Libia, bajo la excusa de la ofensa del citado filme. Muchos fundamentalistas siembran el odio que EE.UU. es enemigo del Islam para cometer toda clase de crímenes y pillajes. Y no solo EE.UU. sino también Europa, Occidente en general. Tampoco hay que ocultar que el colonialismo dejó heridas abiertas. Los ataques del 11 de setiembre de 2001 en Nueva York, el 11M en Madrid, los niños-bomba, los secuestros y otros atentados suicidas de los fundamentalistas, hacen que se considere hostil al Islam.

En Estados Unidos viven, unos aseguran que una cuarta parte de la población es árabe o de origen árabe y unos ocho millones de religión musulmana, no hay cifras precisas. Un censo de hace 12 años hablaba de 1,2 millones de árabes. En todo caso, viven en un país en donde pueden ejercer su profesión o su religión libremente, sin que nadie se los impida. Y, en ese sentido, es igual para todas las confesiones.

Estados Unidos es o fue un país de inmigrantes, como lo fue España, Argentina o Perú en un corto tiempo, entre otras naciones. No siempre los inmigrantes son bien vistos, pero aunque vayan con sus costumbres, estas no pueden ser impuestas al resto de la sociedad. Francia prohibió el uso del burka y el nikab (velo islámico), al igual que Italia, Bélgica o Luxemburgo, entre otros. Algunas organizaciones acusan a estos países como violadores de los derechos de los inmigrantes, al igual que la abominable y abusiva Ley de Arizona.

Y para echar más leña al fuego una revista satírica alemana difundirá en su portada una caricatura de Mahoma, lo que provocará más odio, disturbios y muerte. El periodista Juan Manuel de Prada señala que “del mismo modo que la libertad de prensa no puede amparar la descalificación gratuita y calumniosa de personas e instituciones, tampoco creo que deba proteger a quien agrede las creencias religiosas de una parte de la sociedad, pues dichas creencias forman parte del meollo mismo de la dignidad humana”.

Hay que respetar los credos y lo sagrado de todas las religiones. Muchas veces caricaturizan a Jesús, realizan filmes blasfemos y los católicos o protestantes ni se inmutan con una indiferencia vergonzosa, o sus protestas son lánguidas. Tampoco llegar a actos de violencia, pero siempre hacer sentir una voz de protesta. En el año 2008 fue ejemplar la actitud del entonces alcalde limeño de San Isidro, Antonio Meier, de cerrar una galería de arte que presentaba obras irrespetuosas de los santos y del Señor de los Milagros en ropa interior.

En España se expuso un Corazón de Jesús con un misil; en un desfile en Brasil los gays se burlaron de los santos católicos. Como indicó el obispo de Jerez, Juan Del Río “el derecho de libertad de expresión no puede implicar el derecho de ofender los sentimientos religiosos de los creyentes”. El respeto, en general, es el soporte de la convivencia civilizada.

(*) Periodista, miembro de la prensa extranjera y prestigioso analista internacional.

19 sept 2012

PARTIDO APRISTA PERUANO
COMITÉ EJECUTIVO DISTRITAL DE 
SAN BORJA





82 ANIVERSARIO DE LA FUNDACIÓN DEL PARTIDO DEL PUEBLO
20 DE SETIEMBRE DE 1930 - 2012

Fundación del Partido Aprista Peruano 20 de Setiembre de 1930


La noche del 20 de setiembre de 1930, ocurrió un hito histórico en la política peruana. Un grupo de trabajadores manuales e intelectuales, reunidos en un taller de ebanistería, en el populoso barrio de La Victoria (Lima) decidieron aprobar y suscribir EL ACTA DE INAUGURACION DE LA SECCION PERUANA DE LA APRA CONTINENTAL, el PARTIDO APRISTA PERUANO, cuya vigencia e importancia es reconocida por encima de discrepancias políticas.

Dentro de este contexto, es importante distinguir entre la fundación de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA) -simbólicamente realizada en México, el 7 de mayo de 1924, con un mensaje de convocatoria a la juventud del continente americano, pronunciado por Víctor Raúl Haya de la Torre- de la fundación del Partido Aprista Peruano.

Antes, se habían constituidos partidos apristas en diversos países, funcionaba la Célula Aprista de Paris (Francia), desde 1927, con dos secretarías ejecutivas; la Sección del APRA en México, con Ursulo Galván; en Costa Rica, Santo Domingo, Haití, Puerto Rico, Las Antillas, en Bolivia, La Paz, con Rómulo Meneses; en la Argentina, existían dos células activas, en Buenos Aires, con Juan de Dios Merel Dulanto y en la Plata, con Luis E. Heysen  y faltaba en el Perú. En el memorando a las secciones apristas de Buenos Aires, México, La Paz y París, suscrito por Víctor Raúl desde Berlín el 25 de Julio de 1929, se dio la consigna de “organizar definitivamente la Sección Aprista Peruana”.

LOS FUNDADORES DEL PAP

Los miembros fundadores del naciente Partido Aprista Peruano se reunían en la casa de Carlos Muños, en la calle El Milagro -de la ciudad de Lima- conforme lo registra Percy Murillo Garaycochea en su documentada obra “HISTORIA DEL APRA 1919-1945”: “…Bajo la influencia del mensaje formulado por Víctor Raúl Haya de la Torre, que se encontraba en Berlín, Alemania, decidieron organizarse políticamente en torno a un Partido”.

Conforme se puede verificar en los diversos textos publicados y del ACTA suscrita  se constituyó un Comité Ejecutivo encargándole la secretaría general al odontólogo cuzqueño, Luis Eduardo Enríquez; la Comisión de Economía a Alfredo Gamboa, además, las comisiones de Propaganda y Disciplina y la publicidad de un semanario intitulado APRA, como vocero oficial.

En esa ceremonia participaron destacados lideres como Serafín del Mar (Reynaldo Bolaños), Magda Portal, A. Guerrero, Clodomiro Chirinos, Alcides Spelucín, poeta y escritor, natural de la provincia de  Ascope; Francisco Galarreta, Arturo Bravo Pinto, Rodrigo Franco Guerra, Emilio D. Puente, Víctor Polay, entre otros.

Para la fundación del PAP, a pedido de Haya de la Torre, que se encontraba deportado desde 1929 en Berlín, Enríquez llega al Perú en abril de 1930, encontrando un ambiente hostil y persecutorio. Es apresado, luego de la caída del gobernante Augusto B. Leguía, el 22 de agosto de 1930, por el levantamiento armado de Luís Miguel Sánchez Cerro. El nuevo gobierno otorga una amnistía política y el dirigente aprista, sale de la cárcel para continuar con la misión encomendada por Víctor Raúl. Incluso después de fundar el Partido Aprista Peruano escribió una carta a Luis E. Heysen -que estaba en La Plata (Argentina)- informándole sobre tal acontecimiento. 

2 sept 2012




VISION SAN BORJA

Nº 32 AGOSTO 2012

Editorial

Estimados compañeros,

La aguda crisis interna que aflige a los partidos políticos en el país nos hace, nuevamente, tener que referirnos a la apremiante necesidad de realizar importantes transformaciones institucionales en estos movimientos que, sin duda alguna, son primordiales en la sostenibilidad de la vida democrática nacional.

No obstante, los partidos políticos –incluyendo al Partido del Pueblo- están alejados de la misión central que inspiró su constitución. Fueron concebidos como espacios destinados a analizar, leer e interpretar las demandas sociales de los sectores más pobres de la población. De allí su trascendencia como entidades con dimensión y lucidez para canalizar las expectativas ciudadanas.

Una mirada objetiva nos facilita constatar cómo los partidos políticos, en pleno siglo XXI, siguen siendo coyunturales maquinarias capaces de movilizar al pueblo, únicamente, en función de eventos electorales e intereses efímeros. No tienen la institucionalidad requerida para actuar más allá de estos acontecimientos, ni tampoco posibilidad de respuesta frente al sentimiento ciudadano. Su objetivo es cortoplacista, sus líderes poseen roles fugaces y sus propuestas de plan de gobierno son incumplidas.

Esta descripción refleja, sin ambigüedades, la fragilidad de las organizaciones más representativas que deben servir para estudiar la compleja realidad peruana y aportar elementos de solución al problema del día a día de cada peruano. Su tarea está por encima, supuestamente, de apetitos oportunistas, caudillajes mesiánicos, aportes económicos para campañas electorales y de la obtención de un puesto público que resuelva las necesidades de su militancia.

El Partido Aprista Peruano, con dos experiencias de gobierno, no está ajeno a esta descripción. Por ello, demandamos la realización del anunciado y tantas veces postergado Congreso Nacional que debe ser programático y de respeto a los estatutos y, además, de renovación total del Comité Ejecutivo Nacional, incluyendo a sus dirigencias nacionales, regionales, provinciales y distritales. Necesitamos una renovación no solo sea de rostros, sino del estilo de hacer política -entendida como un accionar honesto, transparente y comprometido con el bien común- y no, como sucede en la actualidad, asociada a los intereses subalternos de dirigentes nacionales al interior del PAP.

Creemos que deben asumir nuevos cuadros la tarea que no han sido capaces de llevar a cabo -con sentido de responsabilidad- quienes están enquistados en la conducción del aprismo. Anhelamos que en todas las bases de la república surjan voces nuevas, renovadas, frescas y limpias comprometidas en la inminente tarea de contribuir a la reconstrucción orgánica del movimiento popular de “pan con libertad”. Es hora de la renovación en el aprismo!



                                                                                                                               Arturo Loli Caballero
                                                                                              Secretario General
Comité  Ejecutivo Distrital de San Borja
 Partido Aprista Peruano

El bicameralismo, una vez más

Javier Valle Riestra (*)



El debate acerca de la posibilidad de restablecer el sistema bicameral en el
Congreso de la República cuenta con nuevos e ilustrados elementos al recoger la documentada opinión del constitucionalista y ex parlamentario del Partido Aprista Peruano. Aquí sus reflexiones sobre este controvertido tema.




Sé que incurrimos en lugares comunes y reiteraciones, pero vuelve a la palestra la imbatible idea de restaurar el bicameralismo. Históricamente siempre ha sido así en el Perú. Dos cámaras y hasta tres en los días de Simón Bolívar durante la efímera Constitución vitalicia. Todo el mundo se proclama antifujimorista, pero están dentro de la arquitectura constitucional de esa tendencia. Alberto Fujimori abolió el Senado de la República e instauró el monocameralismo que nos gobierna hoy.

Los más recalcitrantes antialbertistas defienden paradójicamente esta monstruosidad contraria a las tradiciones nuestras y a la tendencia hispanoamericana. Muchos dicen que ya hay que restaurar el Senado para el 2016. ¿Cómo? ¿Apelando a dos legislaturas ordinarias sucesivas? ¿Convocando a una Asamblea Constituyente ad hoc? Yo no creo en procedimientos complejos.

Creo en lo expeditivo y que es de gran pureza constitucional: invocar el artículo 307 de la Constitución de 1979, que legitima a todo ciudadano investido o no de autoridad para el restablecimiento de su efectiva vigencia. Los constituyentes de 1979 sabíamos visionariamente que un atropello como el cometido por Fujimori podría producirse.

Por eso apelamos al poder de los poderes: el constituyente que teníamos los asambleístas por derecho propio y que heredaron todos los peruanos. Dicho poder se mantiene hasta hoy y podríamos restaurar ipso iure la Carta Magna de 1979, dejando sin efecto el papel mojado en tinta de hoy, pero eso exige voluntad colectiva nacional.

La propuesta ha surgido nuevamente del partido oficialista Gana Perú con el apoyo de Alianza Parlamentaria. Quieren discutir un posible retorno al Senado para el 2016. Los fujimoristas se oponen arguyendo que la Constitución de 1993 establece que el Poder Legislativo es unicameral. Recordar que para cambiar la Constitución se requieren ochenta y siete votos en dos legislaturas consecutivas o sesenta y seis adhesiones más una consulta popular, si el debate se agota en una sola legislatura. El oficialismo con Gana Perú tiene cuarenta y tres votos, mientras que Alianza Parlamentaria -que reúne a Perú Posible y otros independientes- aporta doce votos más, con lo que alcanzarían cincuenta y cinco votos. Políticamente aún inviable.

Evidentemente que ese no es el camino. El mejor camino es la autoconvocatoria a una asamblea constituyente. Se dirá que me repito sistemáticamente con esta tesis, pero es que hay que educar al país. El común de las personas que no han vivido el bicameralismo democrático de 1945, 1956, de 1963 a 1992, no interpretan democráticamente el fenómeno. Lo ven como un fenómeno caótico, extraño a la síntesis, redundante y es que no saben que las cámaras de Diputados y Senadores tendrían atribuciones distintas. Que la primera podría ser disuelta, convocando a elecciones inmediatas, y que la segunda subsistiría durante un interregno hasta completar su período. Esa es la nueva democracia que queremos. Tanto de “muera Fujimori”, que “fallezca en la cárcel”, pero su obra magna, el unicameralismo, es defendida a ultranza por sus verdugos.



(*) Jurista, constitucionalista, miembro de la Asamblea Constituyente (1978), ex diputado por Lima, senador de la república y presidente del Consejo de Ministros (1998). Ha sido congresista por la Célula Parlamentaria Aprista (2006 – 2011).

Cuarenta años después

Grover Pango Vildoso (*)

Ha recuperado importancia pública la organización gremial de los profesores, el SUTEP, debido al gratuito protagonismo que le ha concedido el Ministerio de Educación. La falta de renovación profesional, ideológica y gremialista de sus dirigentes, casi cómodos en el quietismo absoluto al que los sometió el quinquenio pasado, recobran de pronto bríos cuando el Poder Ejecutivo pretende reemplazar la Ley 29062 de la Carrera Pública Magisterial, vigente, por otra ley de la carrera pública magisterial.




La comodidad casi vegetativa del SUTEP ha probado su infecundidad en la lamentable situación del Colegio de Profesores del Perú, sobre cuya existencia –o inexistencia- nadie podría sentir preocupación. Felices con las licencias sindicales de las que disfrutan, aunque sean menores que las que tenían hasta antes de 2007, les permite hacer un trabajo político más que gremial, básicamente al servicio de un partido cuya mayor habilidad consiste en existir por existir, aunque nada trascendental aporte a la historia del país.

Porque las leyes así lo determinan –y hay que cumplirlas aunque no nos gusten- los dirigentes gremiales tienen representación en diversas instancias de gestión educativa. Esa granjería no están dispuestos a perderla por obvias razones: son mecanismos de control, sometimiento y hegemonía que ellos –eso sí- critican a los demás.

También está la Derrama Magisterial que, dadas las condiciones monopólicas de que disfruta, sólo se derrumbaría en manos de gentes sumamente incapaces que, por gracia divina, todavía no han llegado por allí.

Pero se avecinan tiempos difíciles. La arremetida por ahora intestina de quienes discrepan con la dirigencia nacional sutepista es una advertencia y también una esperanza. El Conare se ha levantado casi “en armas” contra el SUTEP “orgánico” en un afán regenerativo buscando un enfrentamiento radical con el gobierno del presidente Ollanta Humala. No obstante, debiera dejarse claramente establecido que no todos quienes integran los Conare son seguidores del Movadef. Del mismo modo que no todos quienes contribuyeron a formar los SUTEs eran militantes de Patria Roja, ni hace cuarenta años ni ahora.

Esto nos recuerda el surgimiento del SUTEP cuando por 1971 los cuatro sindicatos nacionales (Primaria, Secundaria, Técnica y Educación Física) se levantaron contra la Federación Nacional de Educadores del Perú – FENEP, “que se limitaba a buscar soluciones burocráticas a la problemática magisterial” en medio de la dictadura militar de Juan Velasco Alvarado y con un poco disimulado afán de colaborar con la reforma educativa que comenzaba. Hoy no vivimos bajo una dictadura y el término “reforma” ya no resuena como hace cuatro décadas. Cualquier remembranza a ello en la llamada “reforma magisterial” suena hasta anacrónica.

Pareciera que se abre una disyuntiva que habrá de terminar con el descoyuntamiento del SUTEP, que no es “único” sino “unitario” y que nació tan amplio como convocante allá en Cusco por 1972. Presumo que no sólo no conseguirá nada con su anunciada huelga de setiembre, porque si de exigencias se trata, Conare exige más. Tal vez el Ministerio de Educación quiera darle una mano en eso y ello se verá más adelante.

Lo más factible es que así como el Conare ha de buscar capitalizarse con las huestes  más violentas y defraudadas del SUTEP, otro sector, mucho más amplio, logre formar un gremio moderno, proactivo, descentralizado y transparente en que los maestros, por meritocracia, busquen una real calidad educativa


 (*) Educador, político y miembro del Partido Aprista Peruano. Fue alcalde Tacna, ex diputado nacional y ministro de Educación (1985 – 1987). Ha sido Secretario de Descentralización del Consejo de Ministros.

Al maestro con afecto

Luis Soller Rodríguez (*)


era un niño. En el seno de mi familia y en el pueblo del Perú, su nombre y su obra era una esperanza de justicia y libertad. Estaba deportado de la patria, pero pronto retornaría al encuentro con su destino. Era el año 1957, Haya de la Torre retornaba al país después de la última persecución y prisión en la sede de la embajada de Colombia en Lima. Y retornó como en 1931, de Talara a Lima. El pueblo aprista se volcó a las calles y plazas, jubiloso, alegre, decidido y victorioso.


Lejos quedaba el inicio de su obra educativa, emprendida a temprana edad, en su casa familiar y continuada institucionalmente cuando concibe, fundamenta y logra implantar en el país las Universidades Populares para modelar a la ciudadanía del futuro, luego del descubrimiento de la realidad espacio-temporal, peruana y latinoamericana en su confrontación con el mundo de su tiempo.

Allí estaban las experiencias de la Reforma Universitaria, La Revolución Mexicana, La Revolución China y Soviética, los cambios en Europa después de la Primera Guerra Mundial y el balance histórico de las mismas; allí el estudio y el aporte renovado de la revolución científica y tecnológica, la ayuda solidaria del humanismo americano y, fundamentalmente, los insumos generados por la obra de la sociedad pre hispánica, cuyos vestigios tocaban a nuestras puertas y eran descubiertas como bases constitutivas, junto al aporte occidental posterior, como constructoras del mestizaje integral que llega hasta nuestro tiempo, procesalmente.

En la Universidad Popular se destaca el cuidado ecológico que proporcionaron las sociedades preincaicas e incaicas, en un proceso cuidadoso y equilibrado de los diversos estadios productivos de sus territorios, logrando satisfacer las necesidades fundamentales de su vasta población.

Así surge la idea de establecer en su agenda el “Día de la Planta” con un afán movilizador de toda la población rural e industrial, en el hoy distrito de Ate-Vitarte. Esta experiencia piloto, se extiende en todo el país progresivamente. Este es el antecedente precursor de la lucha ecológica de nuestro tiempo.

La Universidad Popular le rinde homenaje a Manuel González Prada. De esta manera, la Universidad Popular González Prada instruye, proporciona información, descubre talentos, forma nuevos dirigentes y educa. Uno de los campos de su tarea está en el desarrollo del sindicalismo y el apoyo a las luchas por las reivindicaciones de los trabajadores. Víctor Raúl Haya de la Torre, uno de sus fundadores, tuvo participación fundamental -junto a los trabajadores- en la conquista de las ocho horas de trabajo (1919).

Fue importante su participación en las jornadas contra el alcoholismo y la drogadicción, para preservar y orientar a la población de estos peligrosos flagelos. Impulsó la racionalización del uso del tiempo diario, generando el lema: Ocho horas de trabajo, ocho horas de estudio y ocho horas de descanso. Desarrolló la tarea educativa enseñanza-aprendizaje, con otro lema: “Joven, ciudadano, trabajador, si sabes poco aprende, si sabes mucho enseña”. Utilizó la metodología pedagógica existente en ese tiempo, con una base científica, adaptada a nuestra realidad y experimentada en varias décadas de esfuerzo y dedicación. Despertó los genios dormidos, en el pueblo peruano y difundió la doctrina cristiana con textos bíblicos y resaltó la grandeza del Maestro Divino, el Jesús de Nazareth.

Estas tareas las realizó toda su vida. En la Escuela de Dirigentes, el Parlamento Universitario, en el Instituto de Ciencias Políticas y Sociales, en los coloquios y en todas las entidades de preparación, difusión cultural, especialización, vale decir en todos los organismos del movimiento escuela, que cubrían el amplio espectro nacional, de nuestro tiempo, los históricos años setenta del siglo veinte. La conducción de esta revolución cultural era dirigida por Víctor Raúl.

La currícula de estas escuelas cubría un amplio espectro cultural. Así teníamos los cursos de Filosofía, Antropología, Psicología, Introducción a las Ciencias, Economía, Sociología, Historia Universal, Historia de América, Historia del Perú, Lengua y Literatura, Introducción a las Ciencias Jurídicas, Teoría General del Estado, Geografía, Ideología, Doctrina y Programa Aprista, Revolución Científica y Tecnológica, Cibernética, entre otras. Objetivo principal de estudio constituía la Biblia en su Antiguo y Nuevo Testamento.

Desde las Universidades Populares impulsó el homenaje a Jesús, a la Virgen María y a San José, estableciendo la Navidad del Niño del Pueblo, las chocolatadas populares, la presentación de nacimientos de Jesús, y la entrega de presentes navideños a los niños y familias del pueblo. Esta tarea la mantuvo durante toda su vida generando en 1977, legalmente, la Fundación de la Navidad del Niño del Pueblo, que dirige Lucy Ortega de Villanueva. Más tarde movilizó al pueblo aprista para brindar apoyo social y profesional.

La vida de Víctor Raúl fue muy dura y riesgosa, templando su carácter para sortear grandes retos, con esfuerzo, comprensión y amor por el prójimo. No conoció el odio y supo perdonar. Fue ante todo y sobre todo maestro. Instruyó y educó con el ejemplo, fue un hombre íntegro, probo, honrado y pobre.

En las postrimerías de los años sesenta y a inicios de los años setenta, del siglo XX, se encontró con una realidad política inesperada y sorprendente. La Fuerza Armada había tomado el gobierno con el propósito de iniciar un proceso de cambios inspirado en el Plan de Gobierno Aprista de 1931, pero con animosidad contra sus autores. La respuesta de Víctor Raúl fue social, política e institucional.

En este paquete de respuestas estuvo, el hacer resurgir un buró de estudio, trabajo y lucha: EL BURÓ NACIONAL DE CONJUNCIONES, conducido por Víctor Raúl Haya de la Torre. Este organismo surgió en 1933, después de la primera persecución aprista (1931-1933), y ante la inminencia de la segunda persecución; la gran clandestinidad, la resistencia de 1933 a 1945; a este primer buró, pertenecieron entre otros Nicanor Mújica Álvarez Calderón y Andrés Townsend Escurra.


En marzo de 1969, Haya de la Torre convocó a los jóvenes dirigentes de la Juventud Aprista Peruana (JAP) y del Comando Universitario Aprista (CUA), a la Escuela de Dirigentes y procedió a seleccionar a los miembros del nuevo buró. Éste examen era de trayectoria de vida, trayectoria estudiantil-académica y de acción social. La evaluación corría a cargo solo del maestro. La conversación que tuvo conmigo fue fluida y afectuosa, recuerdo que me dijo, que yo tenía una buena formación familiar, religiosa, académica y social. Que mi militancia y mi praxis en el catecismo católico de la Orden Franciscana de Barranco eran muy importantes, que me ayudaría a comprender muchas cosas de la humanidad y su rol en la tierra. Me contó su admiración por San Francisco de Asís. Resaltó mi presencia como un nuevo cuadro juvenil aprista.

Fueron integrantes de éste último Buró Nacional de Conjunciones: Ilda Urízar Peroni, Beatriz Aguilar, Alan García Pérez, Carlos Roca Cáceres, César Vega Vega, Fernando Arias Vera, Fernando Dávila, Roberto Venturo Ormeño, Víctor Collantes Navarrete, Alberto Valdivia Portugal, José Pérez Sánchez Cerro, José Delgado Núñez del Arco, Adolfo Venegas, Julián Alzamora, Víctor Polay Campos, Oscar Morales Vega y el suscrito.

Toda esta experiencia institucional me hacía recordar como a tierna edad acompañado de mis padres asistía a los mítines en donde Haya era la figura central. Recordaba el entusiasmo desbordante y emocionado del pueblo aprista. Escuchaba el rítmico sonido de las palmas apristas que el pueblo tributaba a su conductor y recordaba el mar de pañuelos blancos que desbordaba las avenidas y plazas de la capital de la república.

Pero la comunión del conductor con el pueblo esperaba su abrazo colectivo, Haya de la Torre en el pódium del estrado con los brazos abiertos y el gran abrazo colectivo con su pueblo leal de mil batallas por la justicia y la libertad de su causa colectiva y el grito unánime, profundo de los corazones bien dispuestos y la mente decidida a cumplir los grandes propósitos y tareas de luchar por una nueva sociedad de pan con libertad: ¡Víctor Raúl!, ¡Víctor Raúl!, ¡Víctor Raúl!

Este último Buró Nacional de Conjunciones duró diez años. El 28 de julio de 1978 tuvo la inmensa satisfacción de acompañar al maestro triunfante, al seno de la Asamblea Constituyente como su presidente, con el respaldo leal y ciudadano de la mayoría del pueblo del Perú.


(*) Abogado, profesor, integrante del Buró Nacional de Conjunciones, representante del presidente de la república para asuntos relativos a la problemática nacional en la gestión del Estado (1986 – 1990) y ex regidor metropolitano (1998).

Por la reconstrucción del Partido del Pueblo

Arturo Ojeda Salazar (*)


El 23 de agosto de 1931 se produjo el acto político más importante de la historia del Perú en el siglo XX. Producto de su Primer Congreso Nacional, el Partido Aprista Peruano le entregó a su candidato presidencial, Víctor Raúl Haya de la Torre, su Programa de Gobierno o Programa Mínimo. Acto inédito en la historia republicana, ese día marcó la verdadera irrupción del pueblo en la política nacional.


Hecho que conllevaría  a la auténtica revolución peruana, que se desplegaría a lo largo de casi 40 años de lucha. Culminando con el fin de la llamada República Oligárquica en los años 70, tal como la denominara Jorge Basadre.


La generación fundadora del aprismo conjugó las aspiraciones de todo un pueblo, sintetizándola en una doctrina, una ideología, un programa y un partido. De ahí su grandeza y trascendencia a través de los tiempos.

Lamentablemente, 91 años después el personalismo hedonista, la incapacidad de continuar la línea política heredada, el sensualismo y la corrupción han corroído las bases del Partido del Pueblo que promoviera la verdadera transformación de nuestros pueblos.

El gran partido popular, por el que entregaban su vida, miles de hombres, mujeres y jóvenes, se ha reducido a una costra burocrática que no se representa ni a sí misma. Mientras tanto, el movimiento social camina sin brújula y sin destino. Los cambios que se suceden a nivel mundial no resultan siendo comprendidos por las masas, manipuladas por el consumismo y la falsa ilusión de progreso.

Hoy, más que nunca, el pueblo necesita reconstruir su partido. Necesita su doctrina, su programa, su organización y movilización políticas, el ejemplo moral que se constituya en luz frente a las tinieblas del oscurantismo retardatario. Y la reacción lo sabe, por ello, por más que abjuren de los principios revolucionarios del aprismo, se aferran a él, porque cual perro del hortelano, no querrán permitir que reinsurja el aprismo popular. De ahí el envilecimiento de la política, la mercenarización de los activistas, la nula formación de auténticos cuadros con los valores éticos aurorales del partido.

Basta de ese juego. Es el juego en el que nos quieren envolver los serviles del poder económico. La reconstrucción del partido no pasa por seguirle el juego a la burocracia podrida. Sigamos el camino de la generación fundadora. SON LAS IDEAS LAS QUE MUEVEN AL MUNDO.  Y mientras al frente no hay ideas, o las hay maquilladas y plagiadas de los escribidores de la oligarquía financiera internacional, esa misma que ahora está en crisis y tiembla en todo el mundo, los apristas que continuamos a Haya, Orrego, Seoane y demás, SÍ tenemos abundancia de propuestas, sólidamente sustentadas y construidas. ENFRENTEMOS AL PENSAMIENTO ÙNICO QUE GOBIERNA AL PAÍS, A TRAVÉS DE SUS MINISTROS DE ECONOMÍA, DESDE HACE 22 AÑOS. Las cifras respecto a la pobreza estructural en la que se encuentran la mitad de los peruanos, dan por tierra el supuesto éxito del modelo neoliberal en el Perú. Frente a ello, no podemos permitir que sean los movimientos radicales los que se presenten como alternativa, cuando la verdadera salida para lograr el desarrollo y la justicia social, articuladamente, la constituye el aprismo.

Esa es la ruta compañeros. El futuro es de los que tienen ideas y propuestas. Los corifeos solo saben de alabanzas y aullidos. Los verdaderos apristas debemos reconstruir al partido desde abajo, como lo hicieron nuestros fundadores, interpretando nuestra historia y nuestra dinámica social. Los que nos entregan en manos del poder económico y financiero no podrán hacer eso. Porque el pueblo sabe quién se vendió a transnacionales que continúan enriqueciéndose a costa nuestra.

Pero, lo que hace falta es el PROGRAMA, el modelo alternativo. Ese que articule la explotación de nuestra riqueza natural con el desarrollo industrial y de servicios, haciéndonos competitivos internacionalmente, pero con una sociedad equilibrada, con libertad y justicia social. ¡Estos son los principios del aprismo, que todo el pueblo peruano estima y quiere!

¿Dónde está? ¿Quién lo dice? Esa es la política que movilizará conciencias, sin necesidad de la plata de Yanacocha o la Telefónica.

Organicémonos funcional y territorialmente. Discutamos de la verdadera política, de la situación de los gobiernos locales y nacionales, de los proyectos de desarrollo con enfoque integral. Hagamos de cada aprista, como fue por 50 años de nuestra historia, el líder o la lideresa del desarrollo con justicia social.

Que las redes sociales sean fuente de información y debate doctrinario y programático, donde los jóvenes aprendan el aprismo verdadero y no la cizaña y la infraternidad. Dejemos a los perdedores, cual arqueólogos, peleándose por las ruinas. Que este 23 de agosto signifique el compromiso renovado de los verdaderos apristas con la reconstrucción de su partido, devolviéndole ese clan transformador y revolucionario que nos llevó a entregarle nuestras vidas.

La ideología aprista está más vigente que nunca! Han sido los retardatarios los equivocados. Hagámoslos de una vez a un lado. Iniciemos la reconstrucción del partido! La nueva historia, la haremos nosotros!


(*) Militante aprista, profesor universitario y escritor. Sociólogo con estudios de Maestría en Políticas Sociales. Su desempeño profesional está centrado en la promoción del desarrollo y la formulación de políticas y programas sociales.